Propósitos para Año Nuevo
Como cada nuevo año, la mayoría de las personas tenemos un montón de ideas para llevar a cabo en los primeros días del recién estrenado año, que pocas veces se cumplen. Todos sin excepción hacemos nuestros buenos propósitos que al llegar finales de Enero, o mediados de Febrero vamos abandonando. Unas veces, porque lo que se ha empezado, no alcanza las expectativas que le habíamos puesto, otras, porque cuesta ser constante a lo largo del tiempo.
Un gran numero de hombres y mujeres, intenta tener unos hábitos diarios de ejercicio. Una buena alimentación que sea sana a la vez que nutritiva. Dedicar más tiempo a la familia y los hijos. Las pequeñas acciones diarias que nos ayudan a ser más felices, y así un largo etc. Unas veces, porque el trabajo, el cuidado de la familia, los hijos, la casa, nos come casi toda la jornada, dejándonos exhaustos y sin ganas de hacer nada, incluso lo que realmente nos gusta.
Bien es verdad que como dice el dicho, sabiéndose organizar hay tiempo, para todo, aunque se difiera mucho de que sea totalmente verdad. Quizás la sociedad en la que vivimos y nuestra ansia de cada vez querer más nos haga consumistas de tiempo, igual que lo somos de utensilios con los que nos arreglaríamos, pero como hay que ser como todos compramos sin necesitar.
Pocos son los que escapan, de intentar parecerse a las estrellas de cine y televisión que aparecen, esbeltos y guapos, sin que parezca pasar el tiempo por ellos. Para imitarles, hacemos maratonianas sesiones de ejercicio, dietas estrictas, y si el bolsillo lo permite, estiramientos, eliminación de arrugas, liftings en general. Recolocaciones de partes del cuerpo con los que no estamos de acuerdo, para pasar a se unos adictos, sin llegar a encontrarnos bien.
Prometemos, dejar malos hábitos, tabaco, alcohol, y muchísimas adicciones, que quedan normalmente en buenas practicas que nunca llegan a ser culminadas.
¿Quién no ha dicho, que va a dejar los postres, dulces, las comilonas, cigarrillos, cañitas, y cuanto más?, para a las pocas semanas, estar que se suben por las paredes, probando solo hoy, porque es festivo, para de lleno volver a hacer lo que nos satisface y encanta. Y cuando notamos de nuevo los problemas con nuestro desenfreno, lamentamos haberlo hecho, mintiéndonos como energúmenos, que de mañana no va a pasar y de nuevo comenzamos nueva vida , para en breve, recaer de nuevo.
Somos animales de costumbres, tropezando dos veces, tres y muchas más, en la misma piedra, siendo difícil, tener el tesón para cumplir con lo que se dice.
También hay una minoría que cumple sus promesas esforzándose, por mantener lo acordado, y en cada año, suben el listón ,pues saben que valentía nos le va a faltar, para llevar a cabo lo que se han propuesto.
¿Sería más conveniente menos promesas y más hechos, nos les parece.?.