El seranu

Molinos de viento

«Ves allí amigo Sancho donde se descubren treinta o más desaforados gigantes, con los que pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer que esta es buena guerra y es un gran servicio a Dios quitar tan mala simiente de la faz de la tierra.»

Y aparecerán como gigantes destruyendo todo a su paso, sin importar la herencia recibida  en algunas ocasiones tan castigada ya por la mano del hombre y en otras tan olvidada. 

Coronarán nuestras montañas ocupando un lugar que la naturaleza no les ha concedido, sin permiso, sin conciencia, cambiando para siempre el sentido de la vida.

Satisfarán la codicia y el interés de unos pocos en detrimento del resto, solo movidos por el interés económico que no el ecológico que es el que realmente debiera importar.

Y cambiarán para siempre nuestros paisajes, nuestro tesoro recibido dominando todo y destruyendo parte de nuestra esencia.

Y su simiente será el legado que dejaremos a los que nos siguen, un legado envenenado y yermo…