Fragmentos de una vida
En la vida cuando vienes a este mundo, existe la creencia de que venimos con un destino, es decir, con unas órdenes predeterminadas que tenemos que cumplir aunque no se sabe muy bien quién las programa.
Hoy, voy a hablar de mi vida; no me hace falta hablar de la de nadie, pues yo tengo la mía, bastante larga y bien marcada por los acontecimientos.
Nací el 24 de febrero, con una nevada de aquellos tiempos que duraban más de una semana.
Bueno, pues yo creo que llegué con una muy gorda y un copo enorme se debió estrellar contra mi cabeza. Pues quedé marcada para toda clase de acontecimientos venideros…unos buenos y muchos otros malos, que yo los guardo con mis recuerdos más importantes.
Y como no quiero hablar de los más feos, hablaré de los más regulares…
Uno de los más bonitos y, también más difíciles, fue la venida al mundo de mi hijo. Me puse de parto un sábado cuando su padre estaba en la fiesta con su jefe… y nació el día de Santa Rita…bien, es fácil de recordar el día.
Unos años después, viaje en coche a Zaragoza al volver por Valladolid. Era el día de mi cumpleaños y me pilló tremenda nevada en el puerto de Soria: quedé atrapada y pensé que no saldría de allí.
Fue pasando el tiempo y después de muchos avatares de la vida, hice realidad un proyecto (¡pero claro tenía que pasar algo serio para tal acontecimiento!): saqué mi libro Pilar y su hija Alba a la venta. Me avisaron que estaban listos para revisar y enviar y nada, se descubrió el coronavirus en China. Y poco después cuando mis libros venían en camino, fue el mismo día que explotó el tremendo volcán de la isla.
Llegaron a casa y el primero que vendí, fue el día que murió la reina Isabel de Inglaterra…no podría ser de otra manera.
Pasaron las Navidades más o menos sin novedad, pero llegó mi cumpleaños y el loco de Putin bombardeó Ucrania…justo ese día; una fecha que yo no podré olvidar. Mañana hace dos años que ese individuo estropeó mi día. La guerra sigue igual…
Y por si fuera poco, hoy apareció la nieve en la montaña, cosa que me alegra, pero mi lista de tremendas conciencias sigue, pues ayer 22 de febrero, fue un día que nunca podré olvidar, las pavorosas imágenes del infernal incendio de Valencia.
Como veréis, creo que el día de mi nacimiento llegó con una fecha muy especial. Creo que para fijar los peores recuerdos, me serán difíciles de olvidar. Claro que parecen cosas normales, y, todos los estáis viendo, pero es que para mí son momentos y cosas inexplicables, pues podría pasar en otro momento cualquiera, pero no, tenían que pasar en mis fechas más importantes.
Espero que terminen los malos momentos y que en mis recuerdos sólo permanezcan los buenos.