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Marina Díez en la IX Feria del Llibru de Cabreira

«Nuestro mágico León» y «Cuentos de carbonilla», magia y tradición oral leonesa el 11 de octubre en Truchas

Tenemos la fortuna de estar aquí un año más hablando sobre dos obras que de alguna forma representan un trocito de Cabrera. Por favor, cuéntanos ¿Qué tipo de obras son «Nuestro mágico León» y «Cuentos de carbonilla»?

 

– Son dos libros muy distintos, pero los dos nacen del amor por nuestra tierra y sus historias. «Cuentos de carbonilla» es la segunda parte de «Cuentos de carbón». Es un homenaje a Lolo, en el segundo aniversario de su fallecimiento, y recoge los personajes mitológicos que habitan fuera de la mina. Lolo los había diseñado y recopilado, y gracias a Manuel Cortés se convirtieron en relatos, con ilustraciones de su hija, Laia Redondo. Era una pena que se quedaran en un cajón, porque son parte de nuestra memoria colectiva.
«Nuestro mágico León», en cambio, es uno de los proyectos más especiales de Mariposa Ediciones: un filandón en tinta que reúne a algunos de los mejores narradores leoneses —Ana Lera, Andrea Miranda, Ángel Fierro del Valle, Antonio Manilla, Concepción Hernando, Fulgencio Fernández, Manuel Ferrero, Marina Díez y Vanesa Díez—, acompañados por las ilustraciones de Noelia García y Mayka García Hernández. Cada cuento recorre la magia, las leyendas y la esencia de León, como si estuviéramos sentados al calor del fuego escuchando historias de siempre.

 

¿Cuál es el hilo principal de cada uno de estos libros?

 

– En «Cuentos de carbonilla» el hilo es la memoria y el homenaje: mantener vivos a Lolo, a la mina y a esos personajes que forman parte de nuestra tradición oral.
En «Nuestro mágico León», el hilo es el asombro. Es un libro que nos invita a descubrir que León es mágico por su paisaje, por sus leyendas y por las voces que lo cuentan. Es, de alguna manera, un viaje literario por la provincia.

 

¿Qué parte o qué aspecto de estos libros crees que gustará más a los lectores?

 

– Creo que llegarán al corazón de formas diferentes. «Cuentos de carbonilla» conmoverá a quienes sientan nostalgia de nuestra historia minera y de la vida en los pueblos.
«Nuestro mágico León» despertará la curiosidad y el orgullo de pertenencia: cada relato es como abrir una ventana a la provincia, con su cultura, su historia y su magia. Y este año, además, llevamos «Para qué poetas», un poemario de Mariposa Ediciones que reúne a los mejores poetas leoneses actuales. Es otro modo de mostrar que la literatura leonesa está muy viva.

 

Has participado en varias ediciones de la Feria del Llibru de Cabreira ¿Qué significa para ti?

 

– Para mí es una cita imprescindible. Todos los años me llevo algo para casa que me llena la mente y el corazón: libros de historia local, de leyendas, de cocina… Recuerdo especialmente aquel año en que se habló del Camino de Santiago que pasa por esta zona y de los monasterios y pueblos que lo rodean. Y también me he animado a probar varias recetas de los libros de cocina que he comprado aquí.
Esta feria es un filandón abierto: uno siempre aprende algo nuevo.

 

¿Crees que Cabrera u otros lugares similares de la «España Vaciada» podrán sobrevivir?

 

– Sí, pero su futuro pasa por reconectar a la gente con sus raíces. Muchos ya no pueden vivir aquí todo el año, pero sí pueden volver los fines de semana, en vacaciones o a teletrabajar una temporada. Hay que hacer que los pueblos sean lugares donde apetezca quedarse, recuperando casas, creando pequeñas oportunidades, manteniendo caminos, fiestas y tradiciones vivas. Si conseguimos que las nuevas generaciones sientan orgullo de donde vienen y que quienes llegan de fuera descubran la belleza de vivir despacio, Cabrera y tantos pueblos como este que nos acoge seguirán respirando.

 

¿Para cuándo la presentación de una nueva obra en Truchas?

 

– En Truchas me siento en casa, y volveré siempre que pueda. No solo como editora, sino también como escritora: en mi próximo libro de relatos, «Cada planta, una historia», nombro al propio pueblo de Truchas. Es un placer regresar a un lugar donde la literatura se vive de forma tan cercana.