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José Manuel Roces en la IX Feria del Llibru de Cabreira

El autor proveniente de Nogar presenta en esta edición una obra protagonizada por un matrimonio de Santa Eulalia víctima de un desgraciado suceso

José Manuel Roces vuelve otro año más a la Feria del Llibru. Este autor afincado en Nogar ha decidido dedicarse a sacar a la luz distintas historias pequeñas de cabreireses mediante sus escritos. Una de estas obras es la que trae este año, «Una Cabreiresa inocente indultada por la Cofradía del Santo Cristo del Perdón».

– ¿Cómo supiste acerca de la historia de Teresa y su marido?

Lo cierto es que por Cabrera circulaban diversos rumores acerca de este hecho. No obstante, fue Fulgencio Fernández quien me contó la historia que enseguida me fascinó. Y es que poca gente sabía lo que había pasado realmente. Me decidí a preguntar aunque no conseguí demasiada información, al principio. Hasta que un encuentro casual con un cabreirés que les conocía me animó a ir directamente a hablar con ellos, con los protagonistas, hasta Santa Eulalia, cosa que hice. Lo cierto es que me recibieron muy bien.

– ¿Qué se va a encontrar el lector en esta obra?

Una historia trágica. Podríamos decir que lo que les pasó a estos dos cabreireses fue una historia de venganza que les condenó a pasar por la cárcel por un delito que no habían cometido, pero del que se declararon culpables para proteger de alguna manera a su familia. Lo cierto es que no lo pasaron bien, aunque yo creo que a día de hoy tampoco se arrepienten de la decisión tomada. Fueron condenados a más de seis años de prisión y la orden de ingreso en prisión fue materializada precisamente el día de la fiesta en Santa Eulalia. Gracias a la Cofradía del Santo Cristo fueron indultados. Los detalles de la historia se encuentran en el desarrollo del libro, que han sido contados por ellos mismos.

– ¿Crees que este libro puede constituir una especie de resarcimiento moral para Teresa y su marido?

En cierto sentido, sí. Ellos se abrieron totalmente a contarme los hechos, querían que se supiera su historia y no pusieron ningún impedimento. Yo, la única condición que puse para escribirla era que me contasen la verdad.

– ¿Has hablado con los otros protagonistas del suceso, familiares, vecinos…?

Con los vecinos intenté hablar pero lo cierto es que no obtuve respuestas. Ya lo dice el dicho, «nadie es profeta en su tierra». Con los hijos sí que hablé, aunque viven en Holanda. De hecho, estos días me encontraré con ellos.

– Una pregunta muy personal y una especie de dilema moral: ¿tú hubieses hecho lo mismo en su lugar?

Lo cierto es que son situaciones que hasta que no las vives, no puedes contestar una cosa u otra. Sinceramente, no podría decir ni que sí ni que no a priori.

– Te estás especializando de alguna manera en contar historias de personajes cabreireses que pueden ser desconocidos para muchos de nosotros y es que hay muchas historias sin ser sacadas a la luz. ¿Por qué crees que es tan importante esta cuestión?

Yo llevo en Cabrera 12 años y he descubierto que hay muchas historias que contar. Y es que muchas de estas historias han sido ignoradas. Me he propuesto el reto de escribir todos los años una historia y, además, estoy publicando en La Nueva Crónica historias de cabreireses ignorados con la ayuda de Fulgencio Fernández.

– Eres un autor muy prolífico…¿cuál es tu entorno ideal para inspirarte y escibir?

Todo depende de la inspiración, me guío por ella. Tampoco soy una persona que tarde meses en escribir una obra sino que me pongo a ello de manera sistemática hasta terminar. Normalmente, me viene la inspiración en mi casa de Nogar, sentado en mi terraza que da al río Cabrera.