La escalera
Y de nuevo bajo mis pies, me encuentro frente a frente con aquella conocida escalera, de piedra antigua, con sus escalones desiguales, desnivelados, superviviente de un tiempo y de unas gentes que nos precedieron, heredada y encajada entre anchos muros de piedra también que parecen querer protegerla y custodiarla.
Soportando los duros días de invierno, el implacable sol del verano, las heladas, la lluvia, y ella siempre ahí en silencio.
Y aquella antigua escalera me recordó a nuestras propias vidas.
Peldaño a peldaño hemos ido creciendo, escalón tras escalón hemos ido pasando por las etapas de nuestra existencia y paso a paso las hemos ido superando hasta convertirnos en lo que somos hoy.
Unas veces las hemos ascendido con rapidez, con energía, con ahínco.. casi sin sentir.. otras en cambio las hemos subido con mucho esfuerzo, con dolor, incluso hemos tenido que bajar peldaños que ya habíamos subido para coger impulso, para respirar y para poder volver a subirlas de nuevo.
Y en estas subidas y bajadas nos hemos encontrado unos a otros.. unos que van otros que vienen, unos que suben otros que bajan, con los que siguen adelante, con los que se quedan atrás y así en sus peldaños, en sus pasales van quedando representadas y reflejadas nuestras vidas.
A sus pies días de fiestas, días de gente, alegrías y lágrimas y al final de la escalera dos campanas que a unos antes y a otros despues sin duda nos llorarán.