Inscriben a cuatro ovejas para cumplir con el mínimo de alumnos y evitar el cierre del colegio
Los padres de los estudiantes de una escuela francesa recurren a esta medida para eludir la ley que requiere 98 matriculados para mantener la escuela abierta
Lamentablemente, las escuelas rurales y los centros educativos de pequeñas localidades llevan mucho tiempo enfrentando dificultades y, en muchos casos, se ven obligados a cerrar por falta de estudiantes. La disminución de la natalidad en las últimas décadas y el éxodo de muchas familias hacia las ciudades han hecho que cada vez sean menos las escuelas que mantienen su actividad en estas pequeñas comunidades. Este problema no es exclusivo de la conocida como «España vaciada»; también afecta a otros, como Francia, donde han ideado una ingeniosa solución para evitar el cierre de una escuela.
No alcanzaban el mínimo de 98 alumnos
Esto ocurrió en el noreste de Francia, en el centro escolar que agrupa a los alumnos de las localidades de Hermelange, Voyer y Nitting, en la región de Lorena. Según informa TGMcom, los padres de los pocos niños que aún asisten a esa escuela han tenido que tomar una medida drástica para alcanzar el mínimo de 98 alumnos establecido por el Ministerio de Educación francés para mantener un centro escolar abierto. Como solo llegaban a 94 alumnos entre las cinco clases de la escuela, lo que podría provocar su cierre, los padres decidieron matricular a cuatro ovejas para cumplir con las 98 plazas mínimas exigidas.
El criador de esos animales es, de hecho, uno de los padres de los alumnos inscritos en la escuela. En el formulario de inscripción de cada oveja se incluyen la fecha de nacimiento, los nombres de los padres y la dirección de residencia. Además, los animales tienen nombres y apellidos bastante curiosos en la ficha: John Deere, Valériane Deschamps, Phil Tondus y Marguerite Duprès. Estos son los nombres que la escuela ha enviado a la Educación Nacional.
Frente a una «ley absurda», una «decisión absurda»
Recibidas como nuevas alumnas, las ovejas fueron acogidas en la escuela con carteles de bienvenida preparados por sus compañeros de clase. Se les ha asignado un agradable recinto cercano al centro, aunque fuera del edificio principal.
Los padres de los alumnos de la escuela afirman que se vieron obligados a llevar a cabo esta acción peculiar porque todas las quejas contra la ley que exige un mínimo de 98 alumnos no han tenido ningún efecto. «Nuestras protestas contra esta ley absurda no han logrado ningún cambio. Por lo tanto, hemos optado por responder con una medida igualmente absurda», explican.