Gloria
En la mitad del siglo pasado, una familia como tantas, se fue de su aldea natal, buscando un futuro mejor para sus hijos.
Fueron a ganarse el pan, a una zona por entonces bastante desarrollada dentro de su país, España, donde hacía falta mano de obra y tenía unas condiciones más prometedoras que otras regiones. Así que se instalaron en el País Vasco, más concretamente en Bilbao en la zona de Getxo.
Allí el cabeza de familia se dedicaba al transporte con dos camiones que tenía y en ocasiones era ayudado por su esposa, una de las primeras mujeres en conducir un camión.
En aquellos años tenían cuatro de los siete hijos que nacieron.La mayor ya tenía catorce años, y al salir del colegio se encargaba de sus otros hermanos más pequeños.
En ausencia de sus padres, ella, cocinaba y cuidaba del hogar y sus otros hermanos, dos chicos y una chica.
Cuando había días apacibles y con poco frío solían ir a correr por la playa que estaba cerca de su casa.
Al final de dicha playa había un pequeño promontorio con un pequeño acantilado, donde algunos camiones arrojaban escombros.
Los niños después de merendar una tarde de finales de Abril, estaban corriendo por la playa, y llegaron hasta el pequeño acantilado, mientras jugaban se metieron debajo del promontorio y no se dieron cuenta, que un camión hacía unas maniobras para descargar y arrojar los escombros hacia el mar. Además soplaba un viento molesto que difuminaba los ruidos.
Uno de los niños más pequeños, se metió debajo del acantilado, y la hermana mayor , al ver que se iba para allí sin pensar se fue tras él, para evitar que los escombros le hiciesen daño.El pequeño en el último momento salió de debajo de la roca, no así su hermana que sucumbió aplastada por una gran piedra que cayó del camión.
Los tres hermanos se quedaron mudos, la persona que siempre les cuidaba estaba atrapada debajo de las piedras.
Pasados los primeros minutos, empezaron a llorar y dar gritos pidiendo ayuda, por más que chillaban nadie parecía oirles. Al poco aparecieron dos hombres corriendo , mientras ellos no dejaban de llorar.
Al acercarse al lugar vieron a la otra niña, atrapada bajo la piedra. Mientras uno subió a lo alto del acantilado y avisó al del camión, el otro intentó saber de los niños y calmarlos.
Poco después llegó la policía, guardia civil, una ambulancia, además de un grupo grande de curiosos. Los servicios sanitarios sólo pudieron corroborar la muerte de la pequeña Gloria,ella que era la que hacía las veces de mamá de los otros tres.
Después de un rato llegaron los padres avisados por las fuerzas del orden, ambos hundidos por la muerte de su primera hija, y un gran pilar en su hogar.
La madre una mujer valiente y con gran coraje, se quebró por dentro, aunque no lo demostró, por sus otros hijos, fue capaz de no soltar ni una lágrima.
Se celebró el funeral de Gloria y dos día más tarde los niños volvieron al colegio, donde ingresaron internos. Solo venían los fines de semana, y si los padres tenían faena era María con solo doce años la que tomó el relevo de su hermana.
Estuvieron internos otros tres años, hasta que los padres decidieron emigrar, e instalarse en Munich (Alemania)
Allí María comenzó a trabajar en un restaurante y a la vez cuidaba a sus hermanos pequeños. En el trabajo lo pasó fatal, pues no entendía el idioma y no acertaba con lo pedido.
Pasado un tiempo fue aprendiendo y sus hermanos también empezaron a trabajar. Nacieron otros tres hermanos más, dos chicos y una chica que fue la pequeña.
La madre no estaba acostumbrada a los quehaceres del hogar por lo que nada más que pudo, volvió a trabajar y dejando a María al cuidado de los pequeños.
María, a sus pocos más de veinte años, tenía energía para todo, trabaja en la fábrica, cocinaba para sus hermanos, lavaba, planchaba y estaba pendiente de ellos.
Hoy es una mujer, que no se permite dejar de trabajar, aunque ya esté jubilada, ella siempre está cuidando de primos, tíos,o amigos. No sabe decir que no a nada, lleva inculcado lo que de bien niña aprendió.
Sus hermanos y sobrinos lo saben y sacan provecho de ella. María aunque está de vuelta de todo, no deja de preocuparse por ellos, aunque sabe que son unos egoístas no deja de quererlos.
Sus padres ya no están y aunque nunca pudo contar con su apoyo cuando los necesitó, fue la que se encargó del cuidado de sus últimos años.
Demasiadas veces, vuelve el recuerdo de su hermana mayor a la mente. Años atrás lastimaba mucho, hoy, es más llevadero. El mejor homenaje que le ha hecho a esa hermana, es ponerle el nombre de Gloria, a su primera hija, una preciosidad de la que su madre se siente muy orgullosa.
María sabe que tiene que dedicarse más a ella y cuidarse, pero tiene tan inculcado lo del deber, que siempre está preocupándose por todo y por todos, y aunque sabe que abusan de su forma de ser, la familia es algo muy importante para ella por eso no deja de quererlos y estar pendiente de todo.