El río
Desde las alturas de los empinados riscos fluyen en un camino sin retorno las aguas de arroyos, torrentes y manantiales, para en zonas más bajas abrazarse y unirse formando corrientes más sosegadas, que luego serán un río.
El agua crea su cauce desde el principio cuando fue formado, pero la mano siempre imprudente humana, muchas veces trata de desviar la trayectoria seguida.
Raramente con situaciones trascendentes, la mayoría lo son por la conveniencia de empresas, personas, organismos, etc, etc.
No se, pero sin hacer un estudio exhaustivo del lugar y saber lo que mejor conviene, con grandes máquinas se trata de abrir un cauce,a la derecha o a izquierda, en conveniencia con lo que se desea, o arrojando toneladas de escombros y lodos, para tapar la corriente.
Todo eso funciona un año, diez, veinte, cincuenta, quizás cien, pero un día por circunstancias, que no se sabe, una gran tromba de agua, un clima demasiado lluvioso, una gran tormenta, por que la presión de años estancado hace que lo que estaba,medio dormido despierte y en poco tiempo se prepare una gran tragedia.
Las personas queremos siempre lo que nos trae mejores dividendo, los mejores lugares, accesos y si es posible sin renunciar a nada de lo que deseamos.
En lugares inundables, como tenemos una propiedad, se acondicionan huertos, plantaciones, granjas, robandole a la corriente su discurrir.Incluso vamos más lejos y construimos edificaciones, cercanas al caudal, que luego se habitan. Pasa tiempo y no sucede nada.
Se disfruta del lugar y hasta ingenuamente algunos presumen, de lo bien que han sabido comprar o actuar. A los pocos años, se va ampliando más lo poblado,siendo ya un grupo bueno de edificios. Un día sin saber por que, ese río que discurría, alejado hasta algún kilómetro, decide regresar en busca del cauce original y sin aviso previo, de un plumazo, inunda viviendas, barre explotaciones ganaderas e inunda sembrados dejando todo en un gran destrozo.
Luego, nos lamentamos quejándonos de lo que nos ha pasado, culpamos, a dios, a la vida, a instituciones, sin pararnos a pensar, que quizás seamos lo primeros culpables.
Insistimos una y otra vez, en hacer lo que pensamos y nos da la gana sin valorar que algún día todo se puede volver en nuestra contra.
Como bien decían nuestros ancestros. “Todo vuelve a su cauce con el tiempo, y con mayor medida, un río”