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Sputnik Labrego localiza los restos de una víctima de la Guerra Civil en una domus romana en Las Médulas 

Se cree que el esqueleto encontrado pertenece al exalcalde de Carucedo, Ceferino López, cuya desaparición en 1937 desencadenó una serie de represalias que culminaron en ocho asesinatos en el Lago de Carucedo en 1939. Su hijo fue enterrado en una fosa en Oviedo, mientras que su esposa yace en otra en Ponferrada. 

Las ruinas de la domus romana de Pedreiras del Lago, situadas cerca de las antiguas minas de oro de Las Médulas y al pie de la calzada que conectaba Astorga con Braga en tiempos del Imperio Romano, revelan al visitante restos de elegantes estucos y motivos decorativos en mármol, resguardados por una estructura de paneles metálicos perforados. Así lo describen las guías turísticas de este yacimiento arqueológico, recuperado por la Junta de Castilla y León en 2018 tras una inversión de 100.000 euros. 

 Lo que no mencionan las guías de este lugar, que pronto cumplirá dos mil años, es que durante las últimas nueve décadas también ha sido la tumba de un hombre represaliado en plena Guerra Civil. 

 Los miembros del equipo de la asociación Sputnik Labrego y la empresa Tempos Arqueólogos, que este miércoles localizaron el esqueleto de la víctima en la villa desde donde los romanos administraban la mina de oro, sospechan que podría tratarse de los restos de Ceferino López Bello, exalcalde de Carucedo antes de la Segunda República, desaparecido en Lago de Carucedo en 1937. «Su hijo Silvestre López Moral se había echado al monte en el paraje del Páramo y no daban con él. Ceferino se fue un día al bar a comprar tabaco y ya no se volvió a saber nada», relata el historiador Alejandro Rodríguez, director de las labores de exhumación iniciadas a petición de los nietos del desaparecido. Ceferino era propietario de un calero ubicado precisamente junto a las ruinas de la domus. 

 La desaparición de Ceferino López desencadenó una serie de represalias. El 14 de abril de 1939, la guerrilla asesinó a ocho personas en Lago de Carucedo, entre ellas al alcalde Roque Bello, a quien Ceferino había destituido años antes mediante una moción de censura. En represalia, el régimen detuvo a 30 personas en Lago de Carucedo, incluida Vicenta Moral Franco, esposa de Ceferino y madre de Silvestre. Vicenta enfermó en la cárcel de Ponferrada y sus restos fueron enterrados en una fosa común del cementerio del Carmen, que Sputnik exhumó recientemente, según recuerda el historiador Alejandro Rodríguez. 

 Para agravar aún más la tragedia, Silvestre López fue detenido en 1940 en Portugal, tras huir junto al grupo de emboscados de El Páramo, el mismo que el 24 de octubre de 1939 asaltó un tren en el lazo ferroviario de Torre del Bierzo, donde mataron a tiros a dos funcionarios que custodiaban 127.000 pesetas que los bancos gallegos trasladaban desde Madrid, según relata Abel Aparicio en su libro Donde está nuestro pan. Silvestre fue encarcelado en Oviedo por el régimen franquista y fusilado el 15 de mayo de 1941. Sus restos terminaron en una fosa anónima en el cementerio de la capital asturiana.