Mi viaje a Tánger (2ª parte)
Después del duro servicio militar que mi padre tuvo que cumplir por tierras de Marruecos, de los cuales y aunque parecía mentira, no guardaba un mal recuerdo, él era un hombre muy responsable y entendía que las cosas estaban ordenadas así…,pues había que cumplir las órdenes y no había nada que hacer, ni decir.
Mis tíos, Enemesio y Máximo seguían en Argentina, país que a cambio de un trabajo duro los había cogido de buen grado, a ellos y a otros muchos.
Mi tío Enemesio se hizo enseguida a las costumbres del país, él se buscó la vida como pudo, pero enseguida se dio cuenta que allá no se trabajaba tanto como aquí, vamos que encontró un país a su medida. Era guapo a rabiar y se lo pasaba muy bien, se casó con una descendiente de gallegos de Lugo, tuvo una hija sola y allá se quedó. En el año 97 fui en su búsqueda a Buenos Aires, y cuando llegué hacía dos meses que había fallecido, sentí una verdadera pena, pues por poco no había llegado a tiempo para darle el abrazo que me hubiera gustado.
Bueno pues el viaje del tío Enemesio había finalizado aquí.
Mi tío Máximo sin embargo, no se hizo con el país, cada día que pasaba, añoraba más a España y a su gente.
Cuando creyó que las querrás ya habían pasado y que él ya hacía bastante que había emigrado..,tomó la decisión ¿buena? ¿Mala? Nunca se sabe, pero él la tomó y regresó a su querida tierra, dónde encontró al amor de su vida, estaba muy contento, él era muy trabajador y no le daba miedo buscar trabajo en lo que fuera..,ya habían hablado de boda, pues todos estaban muy contentos con la idea, pero no contaban con que al general Franco, no se le escapaba nadie, pues tenía “ informadores por todas partes* y una mañana de sorpresa como un lobo asalta el rebaño, a él lo asaltaron y lo reclutaron para el servicio militar ¿ para dónde creéis que lo llevaron? Claro para África por buen mozo lo mismo que le había pasado a mi padre.
No quiero ni imaginar lo mal que lo pasaron, pero lo sé, pues mi papá me lo contó muchas veces..!
Su novia quedó embarazada de pocos meses,( pues no le dieron la oportunidad de casarse) ella sabía que para ¡cuando lo licenciaran, su hijo ya tendría la edad de ir a la mili también!!
No había manera de que le dieran un permiso, su novia pasó el embarazo sola entre trabajo y lágrimas, dio a luz a una niña preciosa igual que su padre, pero a mi tío no le concedían ni un permiso para poder venir a casarse y a conocer a su preciosa niña de nombre Sara.
Un día viendo a mi tío muy hundido un cabo le dijo, la única manera de que te den el permiso es que te pongas enfermo y te manden a curarte a casa..,pon un garbanzo bajo el sobaco y ponte al sol verás que pronto te sube la fiebre.., Dios santo así lo hizo, y claro cogió una insolación tan grande que se murió en el intento por el deseo de venir a ver a su familia.
La noticia de su fallecimiento, la trajo un compañero de Robledo Sobrecastro, el dolor de todos fue indescriptible, su novia creyó que se moriría de pena.., pero con el tiempo rehizo su vida, era lo normal, pues lo mal que aquella mujer lo pasó estoy segura que nunca lo pudo olvidar.
El cuerpo de mi tío quedó en Ceuta, pues entonces era imposible recuperar un cadáver, en ninguna parte de España, mucho menos desde Marruecos, llorar y llorar era lo único que podían hacer.
El compañero que trajo la noticia, también trajo un reloj que mi tío había comprado en Buenos aires, y una foto que guardaba de su novia, con el encargo de que se lo entregara a su hermano pequeño que era mi padre..,así lo hizo y mi padre prometió que ése reloj sería para Sara la hija del tío Máximo, cuando la niña era grande fue a llevárselo y a contarle lo que él sabía.
Entre lágrimas se despidieron, pues a la niña la mandaban con otros familiares para el país que a su papá no le había gustado nada.
Pasados los años, Sara hizo su vida en Brasil, pero sin olvidar a España, que en cuanto pudo volvió a visitar la tierra donde nació, para ver a su familia y pidió ver a mi padre, que a pie y corriendo se fue a Castroquilame, para verla, el encuentro fue tan emocionante que para los dos les resultaría difícil de olvidar.
Hace pocos años vino a verme, mi papá ya se había ido.., y las dos lloramos emocionadas.
Yo le había prometido a mi padre que iría a pisar la tierra que habían pisado sus hermanos, de ahí mi último viaje a Tánger, y Ceuta, para poder despedirme de alguna manera en nombre de mi papá de sus queridos hermanos Enemesio Argentina y Máximo Ceuta!
Pongo la foto en la que aparecen tres chicos más, y entre ellos hay uno de Robledo por si alguien lo reconoce…
Mi tío Enemesio es el que está de pie el más alto con corbata y el pelo rizo y negro y a sus pies sentado con corbata y bigote es mi tío Máximo.
Va por vosotros mis queridos tíos, ellos y su historia.