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La sospecha de que los vecinos de Losadilla estaban encubriendo al acusado del incendio de Cabrera llevó a la Guardia Civil a intervenir sus teléfonos

Juicio contra el presunto pirómano inculpado de arrasar 10.000 hectáreas en el año 2017

Seis días después del incendio, las pesquisas en Losadilla se vieron plagadas de interrogantes debido a las contradicciones surgidas. En particular, los cercanos al acusado habrían tratado de encubrirlo durante sus declaraciones al negar haberlo visto descender de la montaña esa tarde.

El pasado lunes se llevó a cabo la primera jornada del juicio por el incendio que en 2017 arrasó cerca de diez mil hectáreas en la comarca de Cabrera. Durante la misma, se puso de manifiesto la sorprendente implicación de una parte importante de los vecinos de Losadilla en el encubrimiento del presunto autor de los hechos, Jaime V.C. Este último se enfrenta a una petición de condena de 5 años y seis meses de prisión, así como a una multa de 6.000 euros.

Los agentes del Seprona de la Guardia Civil encargados de la investigación del incendio, quienes prestaron declaración ayer en el juicio que se extenderá hasta el jueves, dejaron claro este hecho.

Estos Guardias Civiles involucrados en la investigación del incendio explicaron que los vecinos de Losadilla, incluyendo algunos familiares del acusado, presentaron tantas contradicciones al prestar declaración días después del incendio que solicitaron medidas de intervención telefónica (escuchas) en el círculo más cercano al principal sospechoso. Esto se debió a los claros indicios de que estaban intentando encubrirlo.

Los agentes, al acceder a la zona tras el fuego, comprobaron en primer lugar que éste había sido provocado intencionadamente, incluso utilizando un artefacto retardante, lo que permitiría al causante alejarse del lugar sin ser detectado. Sin embargo, reconocieron que no había «ni una sola prueba» que incriminara al acusado, ya que todas habían sido destruidas por el fuego.

Después de realizar las comprobaciones necesarias, los agentes comenzaron a interrogar a los vecinos instalándose en la plaza del pueblo con una furgoneta. En aquel momento, ya empezaron a sospechar del acusado, debido a que estaba preguntando a los vecinos sobre sus declaraciones. «Una vez en la furgoneta, nos dimos cuenta de que muchos no estaban diciendo todo lo que sabían y que incluso se contradecían, por lo que se decidió solicitar las escuchas», explicó un agente.

Además, durante el interrogatorio del acusado, éste les informó que años atrás ya había sido investigado por otro incendio en la misma zona, aunque no había sido condenado por ello.

«No más jaimitadas». Una pancarta sostenida por los vecinos durante una manifestación señaló al presunto autor del incendio de Cabrera a la Guardia Civil.

La representante del Ministerio Fiscal proporcionó información de que en la zona se registraron 75 incendios durante los cinco años previos al incendio, pero desde la detención del sospechoso hasta el momento actual, no ha habido ningún otro incendio en la zona.

Durante la investigación, los agentes también observaron a varios vecinos reunidos en la casa de uno de ellos con el propósito de, según aseguraron, «coordinar las versiones». En este punto, relataron cómo una de las vecinas, que también es la madre del alcalde de Encinedo, José Manuel Moro, y prima del acusado, ejerce una gran influencia sobre los demás y «los presiona para proteger a su primo, a quien ella considera como un hijo».

Solo un vecino, que es policía local en Barcelona, se comunicó con un agente del Seprona después de declarar para informar que su hija le había contado que su novio en aquel momento, que es familiar del acusado, había dicho que todos sabían que él era el responsable del incendio, y que además, el día del incendio lo habían visto abandonar la zona por el camino que lleva a ese lugar, un detalle que todos ocultaron a la Guardia Civil en sus declaraciones.

El hombre, que declaró por videoconferencia el lunes, también dijo que varios vecinos comentaron en las fiestas que se celebraron unos días antes del incendio que «el monte estaba muy cerrado por la vegetación y que era muy difícil ir a cazar».

Se recordó que el acusado es cazador y que el incendio se declaró en un coto de caza.

El origen del incendio que arrasó Cabrera fue un conflicto relacionado con la caza.

El lunes, otros dos vecinos también prestaron declaración por videoconferencia. Se trata de un matrimonio, siendo él un policía nacional jubilado y ella prima del acusado. Aunque se ratificaron en sus declaraciones, en las que negaban haber visto al sospechoso bajar del monte 15 minutos antes de que empezara el incendio, la fiscal les leyó una transcripción de una conversación que este testigo había tenido con su hijo días después del incendio, en la que decía que «estaba claro que había sido Jaime V.C, el de siempre», ya que esa tarde lo vieron abandonando el lugar del incendio. Tanto la fiscal como el abogado que representa a la Junta de Castilla y León les recriminaron por no haber dado esta información «tan relevante» a la Guardia Civil, sobre todo siendo un policía nacional jubilado.

Según lo que declararon los agentes que testificaron ayer, en las grabaciones interceptadas se pudo notar que no solo estaban intentando encubrir al sospechoso, sino que además justificaban sus acciones al afirmar que «el monte estaba muy mal y había que hacer algo».