La Diputación y el Ayuntamiento de Igüeña rescatan del olvido la novela costumbrista «El tío Perruca»
La obra escrita por Benigno Suárez en 1976 cuenta con un gran valor etnográfico y lingüístico porque sus personajes se expresan en leonés y los técnicos del Instituto Leonés de Cultura han llevado a cabo labores de revisión y corrección del texto, así como la creación de un glosario anexo
El Ayuntamiento de Igüeña y el Instituto Leonés de Cultura (ILC), dependiente de la Diputación de León, colaboran para poner a disposición del público la novela El tío Perruca, una obra escrita por Benigno Suárez Ramos que había sido publicada en el año 1976 y que actualmente se encontraba agotada y descatalogada.
El libro cuenta con un gran valor etnográfico y lingüístico puesto que, aunque está escrito en castellano, los personajes se expresan en la lengua tradicional de la zona, una variedad del leonés occidental .
Esta pequeña joya de la literatura costumbrista vuelve ahora a publicarse después de que los técnicos del ILC hayan llevado a cabo todas las labores de revisión y corrección del texto, así como la creación de un glosario anexo. Por su parte, el Consistorio berciano sufragó los costes de publicación de la obra. El precio de venta al público de la obra, que podrá encontrarse próximamente las principales librerías de la provincia, es de diez euros.
En ese sentido, el acto de presentación de El tío Perruca tendrá lugar el próximo martes a las 18 horas en el salón de plenos del Ayuntamiento de Igüeña. Estarán presentes el alcalde del municipio y diputado de Transición Ecológica, Alider Presa; así como el diputado de Cultura, Arte y Patrimonio, Pablo López Presa; el coordinador del ILC, Emilio Gancedo, y familiares del autor de la novela.
Valor etnográfico
Ambientada íntegramente en el pueblo de Igüeña y sus cercanías, la novela cuenta las peripecias del cazador José Pardo Crespo, apodado Josepín o Tío Perruca. Acompañado por Raposín, su fiel ayudante, Pardo se enfrentará un día al animal más grande e icónico de los montes de León, una osa herida contra la que no dudará en emprender una lucha a brazo partido cuyo desenlace mantendrá en vilo a toda la comarca.
Uno de los momentos culminantes de la narración tiene lugar cuando Raposín intenta ayudar a su amo clavándole un cuchillo a la fiera: aunque el tío Perruca se encuentre en plena refriega y sangre abundantemente por la cara, aún tiene ánimo para pensar que una piel de oso agujereada no sirve para nada. Por eso le dice a su criado: “¡Nu la pinches, ho! ¡Que estropeyas el pilleju!”.
La abundancia de topónimos propios de la zona como Buvín, Fuyinas, La Carbayosa, Los Molines, El Payarón o El Peornal, así como de nombres de plantas como los salgueiros, las carqueixas o los chaguazos completan el valor etnográfico de la obra.
Misionero y escritor
El autor de El tío Perruca, Benigno Suárez Ramos (1922-2005), natural de Igüeña, fue un fraile de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que desarrolló su labor humanitaria y misionera en diversos lugares del mundo, como Cochabamba (Colombia), Viña del Mar (Chile), Monrovia (Liberia) o Ghana. Su infancia en Igüeña le llevó a manifestar siempre un gran interés por la naturaleza, llegando a acumular un gran conocimiento de la montaña y de los usos medicinales de las plantas propias de los lugares en los que se encontraba.
A su regreso a España, trabajó unos años como superior en el Hospital Psiquiátrico de Mondragón (Guipúzcoa), donde se imprimió la primera edición de El tío Perruca. Su último destino fue el Sanatorio Marítimo de Gijón. Siempre vinculado a su pueblo natal, colaboraba con la revista local El Aguzo y en muchas otras iniciativas sociales y culturales de la zona.