Cultura y deporte

«25 años BRIF. Un relato forjado a fuego» la historia de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales

La periodista astorgana María Antonia Reinares estará en la III Feria del Libro Cabreirés

– ¿Quién es María Antonia Reinares?

Soy una periodista astorgana que después de más de 20 años en esta profesión sin horarios y sin concesiones a la vida personal, sigo creyendo en el periodismo independiente y sin concesiones con el poder político. Actualmente soy la responsable del periódico digital Astorga Redacción, un proyecto que nació en 2013 por una cabezonería personal para evitar la caída al vacío del desempleo. No soy la única, somos muchos los periodistas que nos hemos reciclado y que andamos explorando nuevos nichos en un momento de transición como el que vive nuestro sector. Aunque el parto está siendo doloroso estamos reubicándonos con el único apoyo de nuestras marcas personales. Desde luego el reto es impresionante pero con nuestros proyectos y microproyectos estamos aprendiendo que hay vida fuera del planeta de los medios propiedad de los empresarios con intereses económicos y personales muy alejados de los editoriales.

Además de periodista soy una mujer que elegí con mi familia vivir en un pueblo de Maragatería hace 15 años. Los primeros 10 años me desplazaba a diario a León para trabajar, pero desde hace cinco y gracias a Internet mi vida personal y profesional transcurre en Valdespino de Somoza, donde estoy asistiendo en primera persona a la agonía del mundo rural, al que desde las administraciones se le está dando la puntilla con la pérdida de calidad de los servicios básicos como la sanidad. Desde esta ventana que me ofrecéis desde La Fueya quiero reconocer el papel de todos esos resistentes, hombres y mujeres, que mantienen vivos los pueblos y la cultura rural.

– ¿Podría resumirnos de qué trata «25 años BRIF. Un relato forjado a fuego»?

El libro cuenta los 25 años de historia de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF), un colectivo de bomberos forestales altamente especializados repartidos en diez bases por toda España, una de ellas la tenemos muy cerca, en Tabuyo del Monte.

En el libro hemos tratado de contextualizar el medio donde desarrollan su labor las BRIF con entrevistas a analistas del fuego, como el jefe de los GRAF de Cataluña, Marc Castellnou, reconocido mundialmente como uno de los expertos en la investigación de la evolución actual de los incendios; entre sus análisis destaca el desarrollo de la cadena de desastres naturales vivida en Chile en enero de 2017 donde comprobó las devastadoras consecuencias del cambio climático en los bosques de todo el mundo.

La obra se nota que está escrita por una periodista porque su formato son entrevistas y reportajes donde se recoge el nacimiento de las BRIF contado por sus creadores, los ingenieros de Montes Ricardo Vélez del Ministerio de Agricultura y Francisco Zamora de la empresa TRAGSA, también se detallan las opiniones de  expertos en paisajes, como los profesores Cristina Montiel, de la Universidad Complutense, y Luis Galiana, de la Universidad Autónoma, ambas de Madrid, quienes ponen de manifiesto que si continúa la desidia por parte de las administraciones y de los propietarios de los montes en la gestión de los paisajes, los incendios forestales continuarán traspasando las fronteras rurales para seguir poniendo en peligro a las poblaciones y a las ciudades, como ya se vio el pasado mes de octubre en Vigo.

En este contexto de grandes desafíos para la sociedad desarrollan su trabajo las BRIF, brigadas de refuerzo especializadas que el Ministerio de Agricultura activa para atacar los incendios más complejos, como el vivido en Cabrera el año pasado.

El libro se detiene en las funciones que desarrollan los especialistas, capataces, técnicos, preparadores físicos, psicólogos o pilotos de helicópteros que forman parte del colectivo. También analiza con testimonios en primera persona, los retos de seguridad que han planteado para las BRIF incendios como el Horta de Sant Joan (Tarragona) de 2009, en el que murieron cinco bomberos forestales de los GRAF catalanes y comprometió la vida de la BRIF de Daroca (Aragón); el de Castrocontrigo de 2012 que puso de relieve la llegada al noroeste español de los fuegos convectivos; o el de Casavieja (Ávila) de 2005 en el que murió el brigadista de la base de La Iglesuela (Toledo), Javier Tirado.

En la obra queda reflejada la lucha reivindicativa de las BRIF contada por brigadistas veteranos. La exministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, también se encuentra entre los entrevistados por el empuje que durante su mandato experimentó la estabilidad laboral de las brigadas para dejar de ser temporeros del fuego.

– ¿Cómo surgió la idea de publicarlo?

La idea parte de la ATBRIF y Javier Galán, un fotógrafo y documentalista astorgano que desde 2015 ha registrado con su cámara los incendios más importantes de la provincia y las movilizaciones laborales de las BRIF de 2014 y 2015 que desembocaron en la huelga indefinida de 2015 y la Marcha Negra a Madrid, donde literalmente se empotró y descubrió un colectivo de trabajadores muy peleones que han luchado y luchan por dignificar su profesión. Todo ese material gráfico que Javier fue reuniendo debía ser conocido y no pudo encontrar mejor cómplice para el proyecto que la Editorial Marciano Sonoro.

De esta manera nace la idea de realizar el documental ‘BRIF: historia de una lucha’, un proyecto en el que el libro surge como complemento a la obra de Javier Galán. A mí me llamaron para formar parte del equipo, mi cometido ha sido contar y contextualizar lo que el documental no puede narrar en los 90 minutos de duración.

El documental está contado en primera persona por los trabajadores relatando, básicamente, un periodo de diez años, de 2005 a 2015, año este último en el que las BRIF concluían con la Marcha Negra a Madrid más de un año de movilizaciones laborales. Una década en la que el colectivo ha arañado a la empresa pública TRAGSA importantes mejoras en el reconocimiento profesional.

La fuerza del documental reside por un lado en que son los propios bomberos forestales quienes cuentan su historia, y por otro, en que buena parte de la imágenes de los incendios han sido grabadas por los trabajadores durante las labores de extinción por lo que una pieza fílmica, por primera vez, cuenta con el
punto de vista de los protagonistas. La obra arranca con la secuencia grabada por Javier Galán en la plaza de Quintana del Castillo (León) tras el incendio de Palaciosmil en julio de 2015. Entre las escenas más estremecedoras está el recorrido por los lugares de Cabrera donde estuvieron trabajando el grupo de
brigadistas con el capataz Pablo González después del incendio de Encinedo del año pasado.

– ¿Qué pasaje o capítulo destacaría de su libro  «25 años BRIF. Un relato forjado a fuego»?

Esto es como pedir a una madre que diga a qué hijo quiere más… (risas). La entrevista con los creadores de las BRIF fue entrañable y en ella nos dimos cuenta de que esta brigadas nacieron por la cabezonería de unos pioneros que en los primeros años de la década de 1990 se dieron cuenta de la evolución devastadora de los incendios forestales y vieron claramente que se necesitaban bomberos profesionales para hacer frente a ese tipo de fuegos.

Si me lo permites, otro de mis capítulos preferidos es el que narra la historia de la lucha laboral de las BRIF, en el que aparecen veteranos brigadistas de Cuenca, Huelva, Toledo… contando cómo lograron dejar de ser trabajadores temporeros del fuego hasta lograr la categoría profesional de bombero forestal. Su lucha comenzó en 1994 con las huelgas en la base de La Pata del Caballo (Huelva) -hoy desaparecida-, pero que como colectivo coge fuerza a partir de 2005, un año trágico para el sector porque murieron 12 bomberos forestales de distintos servicios de extinción, entre ellos el especialista de la base BRIF de La
Iglesuela, Javier Tirado, en el incendio de Casavieja (Ávila). Al ir recopilando la información para este capítulo me di cuenta de que la lucha de las BRIF debería entrar en las páginas de la épica laboral de este país junto con la de los mineros.

– ¿Es su primera publicación como escritora?

No. En 2008, participé en un libro coral sobre Memoria Histórica, junto con el periodista Marco Romero y varios investigadores de campo. El libro se titula ‘La memoria del Grajero’ donde se recopilan las investigaciones periodísticas y reportajes que Marco para Diario de León y yo para La Crónica de León publicamos a partir de 1998, cuando la Memoria Histórica en España estaba naciendo y desde León
contribuimos a su nacimiento todos los que trabajábamos en ese momento en la dignificación de las víctimas republicanas durante la Guerra Civil y la represión franquista. Nosotros estábamos centrados en la recuperación de la memoria de los represaliados en la Montaña Oriental Leonesa (Picos de Europa, principalmente), una zona muy castigada al formar parte del Frente Norte durante la Guerra Civil,
pero estábamos en contacto con Emilio Silva que logró abrir la primera fosa en España, en Priaranza del Bierzo, para sacar los restos de su abuelo, y también con grupos de historiadores de las universidades de León y Lérida, en esta última su gran caballo de batalla en aquellos años era lograr que a los fusilados en las cunetas se les denominara desaparecidos. León fue el germen más importante del nacimiento del movimiento por la recuperación de la Memoria Histórica en España y yo, afortunadamente, lo viví en primera línea.

– ¿Ha recibido algún tipo de ayuda de las administraciones leonesas para publicarlo?

Ninguna y por decisión de todos los que hemos participado en el proyecto. ’25 años BRIF. Un relato forjado a fuego’ es una iniciativa independiente financiada a través de micromecenazgo (crowfunding) en más de un 80 por ciento y el 20 por ciento restante ha salido de las arcas de la ATBRIF. La respuesta por parte de los 200 mecenas de numerosos puntos de España y de fuera de nuestras fronteras nos ha sorprendido y estamos profundamente agradecidos. De ellos es ya el libro y el documental.

Nuestra independencia nos ha acarreado desencuentros con algún ayuntamiento como el de Astorga, ya que siendo un proyecto realizado por astorganos (hasta la editorial también es de astorganos) para toda España, no nos facilitaron nada la presentación del pasado 22 de junio y nos han boicoteado otras presentaciones en la ciudad. Una pena.

– ¿Conoce Cabrera?

Sí, pasar de Maragatería a Cabrera no cuesta nada y desde luego merece la pena. La última vez que la recorrí con más detenimiento fue hace un par de años cuando la Asociación Montañas del Teleno me propuso realizar la revista que resumió los proyectos ejecutados en el plan Leader 2007-2013. Ahí, por ejemplo, descubrí todo el trabajo medioambiental que se está realizando en Valdavido. En la revista
contamos con la colaboración de Iván Martínez con un artículo en castellano y cabreirés sobre la cultura en Cabrera. La última vez que estuve fue el año pasado en la concentración de Encinedo tras el incendio.

– ¿Dónde o cómo podemos adquirir un ejemplar de  «25 años BRIF. Un relato forjado a fuego» además de en la III Feria del Libro Cabreirés?

Marciano Sonoro lo está distribuyendo por las librerías de León y Astorga. En León está en la Universitaria, Pastor y Artemis, y en Astorga en El Progreso y Maricruz. Pero también se puede comprar a través de la página web de la editorial www.marcianosonoro.com

– ¿Alguna cosa más que destacar de esta aventura literaria?

Después de indagar durante meses en los 25 años de historia de las BRIF, he llegado a la conclusión de que la sociedad de este país tiene contraída una deuda impagable con estas brigadas que se juegan cada verano sus vidas por defender nuestro patrimonio natural. La sociedad desconoce las condiciones infernales en las que se desenvuelve su trabajo, no sabe del esfuerzo psicológico y físico, a veces hasta la extenuación, que realizan estos bomberos forestales para que las llamas no destruyan bosques centenarios, encinares, robledales, alcornocales, hábitats todos ellos llenos de vida.

Las BRIF siempre actúan en primera línea de fuego, sus técnicos y capataces tienen tal conocimiento técnico y del manejo de la situación que son imprescindibles para estabilizar el avance de los incendios. Una cosa que me ha quedado clara es que la batalla contra los incendios se gana siempre en tierra, las descargas de agua de los medios aéreos no servirían para nada sin ese cuerpo a cuerpo de las brigadistas de tierra contra el fuego.

Estas brigadas altamente especializadas se merecen que un libro recoja su lucha contra los incendios y su pelea por la mejora de sus condiciones laborales. En este país sabemos de las luchas mineras, sus gestas dentro de la mina y en la calle peleando por sus derechos como trabajadores, pero desconocemos de qué manera han tenido y tienen que pelear este medio millar de brigadistas repartidos por las diez bases ubicadas en diferentes puntos del territorio nacional, por ver reconocidas sus excepcionales condiciones de trabajo. No tenemos que olvidar que en su historia hay muertos.

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