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Benigno Varillas en la IX Feria del Llibru de Cabreira

Este año nos visita por primera vez Benigno Varillas con una novela basada en la biografía de Félix Rodríguez de la Fuente

Benigno Varillas es un gran divulgador de la naturaleza y trae a Truchas su sabiduría y capacidad de transmisión de la naturaleza más salvaje. Firme defensor del Rewilding como forma de preservación de los ecosistemas, nos informará sobre las posibilidades de nuestra comarca en el mantenimiento de nuestra naturaleza primitiva.

¿Qué se va a encontrar el lector que se acerque al libro de Magdalenia, novela histórica basada en la biografía de Félix Rodríguez de la Fuente?

Un relato que intenta explicar, a través de una historia, real, ficcionada en algunas partes, el misterio que encierra la capacidad de oratoria, de memoria y de comunicación que tuvo Felix Rodríguez de la Fuente. Como él mismo indicó, le venía de su «conexión paleolítica» y de la niñera que en entre 1936 y 1938 le contó el cuento de Lobos, que él dejó grabado posteriormente en RNE, entre febrero y marzo de 1976, obra que pasó desapercibida y casi nadie ha escuchado ensamblada en una sola pieza.
Dicha novela, explica la divisoria que hay entre lo libre y lo domado, que es el argumento de ese cuento, y también el entorno cultural y político que influyó a Félix durante los primeros 20 años de su vida, de 1928 a 1948.

Esta obra es uno de los múltiples homenajes que ha hecho usted a la figura de Félix Rodríguez de la Fuente. ¿Cómo calificaría usted la labor de este polifacético naturalista?

Felix nació en 1928, es decir, en tres años, se celebrará su centenario, efeméride que ayudará a que su mensaje se recupere, dada su validez para el presente y sobre todo para el futuro de nuestros jóvenes, ya que él luchaba por una nueva arquitectura mental de la sociedad humana, muy similar a la que se prevé tengamos que tener esta sociedad digital si queremos que sea sostenible.

Muchos de nosotros hemos crecido viendo en la televisión los programas de Félix (lo que se puede denominar como nuestro primer nexo de unión con la naturaleza). ¿Hay alguna faceta suya que haya quedado opacada/en el olvido por sus programas?

Esa visión que tenía, de la arquitectura mental necesaria para afrontar el futuro, y que él consideró era la que ya tuvimos, antes de la domesticación, hace 10.000 años, es decir, en los últimos milenios del Paleolítico, la llamada era Magdaleniense. Es una idea recurrente en su obra, sin embargo, pasó muy desapercibida porque es tan futurista que durante el último medio siglo, por más que la repitió, nuestros oídos no fueron capaces, ya no de entenderla, sino ni siquiera de darse cuenta de que la decía.

¿Cómo “seduciría” a nuestra juventud para que se acerque a conocer a este divulgador de la naturaleza?

Extrayendo frases claves de la obra de Félix, para subirlas a las RRSS, algo que ya está haciendo algún pionero como Álvaro Lorite, la hija de Felix, o yo mismo, pero de manera poco conocida por la juventud. Para superar esa deficiencia y utilizar la herramienta adecuada para llegar a los jóvenes, estoy tratando de hacer una aplicación personalizada de la IA basada en DeepSeek, inteligencia artificial china pen Source, que permita entrenarla con la literatura y el pensamiento en la que se basó esta filosofía tan novedosa de Rodríguez de La Fuente y pasó desapercibida.

La IA, en los experimentos que he hecho, la capta en profundidad, entiende, procesa y me la devuelve redactada en unos segundos con todos los matices que yo conozco de la misma, tras 20 años dedicados a explorar este tema. Desgraciadamente, la Fundación Biodiversidad no ha querido atender la solicitud de recursos que le hicimos para este proyecto de una biblioteca Virtual, de la biodiversidad, en la que digitalicemos los 11.000 documentos acumulados por Teresa Vicetto y por mí en nuestra labor como periodistas ambientales desde 1976 y han rechazado nuestra solicitud en la última convocatoria de ayudas a la digitalización de 2025. Ahora intento lo apoye el CEDETI en una convocatoria similar.

Usted es una persona polifacética, ya que a las obras publicadas, se suma su labor como divulgador científico a través de su blog, de sus revistas, sus artículos en prensa…¿con cuál de estas múltiples facetas se identifica usted más?

Mi labor principal, fue la etapa del diario El País, de 1976 a 1992, primero como redactor en plantilla del primer equipo que tuvo el periódico, y a partir de 1983 como colaborador fijo, combinándolo desde 1982 con la tarea de editar las revistas Quercus y El Carabo, que fundé con Teresa Vicetto, así como la labor que hice en TVE, revista Natura y otros medios.

Hay una corriente de la cual en los últimos años se estaba hablando mucho: el rewilding o la restauración asilvestrada de los ecosistemas naturales. ¿Qué le parece esta corriente?

No creo que sea una corriente, en el sentido de que sea un tema opinable, trabajar en arreglar el que, si hace 5000 años sustituimos a los grandes herbívoros por su equivalente domesticado y ahora la ganadería desaparece – por abandono de zonas no rentables a los ganaderos- en grandes superficies del territorio se tendría que devolver

a los grandes herbívoros salvajes que tuvo, ahora asilvestrados, para que controlen la vegetación, porque lo que no coman o pisoteen ellos lo comerá el fuego. Este verano creo que tuvimos una enésima buena lección de nuevo de lo que estoy diciendo…
Si llevamos 40 años financiando la ganadería extensiva y el resultado es el de este verano, es que con eso no basta y hay que devolver al campo esa herramienta de desbrozar que es un gran herbívoro que en estado salvaje o asilvestrado ya no necesita de un pastor (que ya no existe ni se le espera, porque si metemos inmigrantes para hacer esa labor, sus hijos estarán en las ciudades dentro de 20 años y estaremos de nuevo en las mismas, solo que con el doble de población urbana demandando agua, energía y más recursos desde las grandes urbes, o sea, habremos agravado el problema actual).

Dejar asilvestrarse a las vacas, a los caballos, a los asnos y a los bisontes, lo mismo que ya lo están los corzos y los ciervos, consiste en dejarla estructurarse en manada naturaleza con sus jerarquías, lo que les permite defenderse de los depredadores, no como el ganado, que ha perdido esas facultades. Por otro lado, además de su función ecológica seguirían produciendo una carne de mucha calidad, como lo es la de los ciervos, o sea, que producir carne salvaje es otro recurso de esa recuperación de las poblaciones de grandes manada de vacuno y equino al que se le haya devuelto la libertad que tuvo hace menos de un milenio.
Es algo tan elemental, que no darse cuenta de ello da idea del nivel de incapacidad de entender al que hemos llegado.

En nuestra comarca, Cabrera, la gestión de los ecosistemas ha estado siempre en entredicho. A pesar de la configuración primitiva de nuestra naturaleza, no acaba de calar entre mucha de nuestra población el gran valor que supone esto mismo y las graves amenazas que nos acechan como la falta de gestión forestal, la instalación masiva de energías renovables en todas sus formas, los incendios, etc…¿Cómo se puede transmitir que la conservación de nuestros ecosistemas también es una forma de progreso?

Yo he propuesto una solución que nadie me entiende, porque tal vez es demasiado futurista, pero consiste en recuperar no solo los grandes herbívoros dejándolos volver a ser libre y salvajes, sino también al ser humano que habitó España antes de la domesticación, es decir, a los europeos Magdalenienses que pintaron Altamira y Chauvet, que fueron extinguidos por las oleadas de ganaderos asiáticos que invadieron y se quedaron España y Europa hace 6000 años.

Utilizar la España vacía para recuperar en ella a un nuevo ser humano que recupere la idiosincrasia del europeo primigenio, (encarnado hoy en nómadas digitales que lideran StartUps punteras muy rentables, en las que media docena de chavales pueden generar con su cerebro empresas como Google, las IA, las redes sociales, la realidad virtual, los video juegos, etc.). La recuperación de la fauna primigenia asociada a estos europeos primigenios que la pintaron en Altamira, podría ser el banderín de enganche para atraer talento de la sociedad digital a la España Vacía, de manera que nuestros 30 millones de Ha de espacios naturales sean habitados por un máximo de 30.000 teletrabajadores productores de biodiversidad, a razón de una 15-20 familias en cada municipio abandonado, que puedan «producir» biodiversidad. Se podría combinar ese tiempo entre la actividad digital que tengan ya, de alto rendimiento económico, con la recuperación de esa Europa, primigenia que es el banderín de enganche para formar esa comunidad de nómadas digitales que circule, entre los territorios abandonados recuperado la flora y la fauna.

Es decir, la solución es que un nuevo tejido productivo sustituya en el mundo rural más desfavorecido a lo que no sea rentable y dependa de los impuestos de los demás de forma eterna. En lugar de llevarse 56.000 millones de euros de subvenciones cada 5 años como hace la PAC, los podría generar y cotizar por ellos a Hacienda, transformando el territorio subsidiado en el lugar que acoja la industria más rentable del país, dejando el turismo presencial actual de un fin de semana a un lado, y dedicando los espacios naturales a alojar a ese nuevo humano productor de vida salvaje, que obtenga sus ingresos de la industria digital cultural.

Es hacer de la mitad de España un Silicon Valley inmerso en un Yellowstone europeo, única forma de atraer a esos 30.000 cerebros de la sociedad de la información que ya lo tienen todo en cuanto a dinero, fama y éxito se refiere, pero pueden querer participar con los conservacionistas españoles y los ganaderos y funcionarios que se reciclen a esta nueva economía, llevando una vida atractiva en los territorios a recuperar.