Marcos Fernández Callejo en la IX Feria del Llibru de Cabreira
Marcos Fernández presentará su obra «El seranu de Robréu: episodios de posguerra en Robledo de Losada» el próximo 11 de octubre
Este año nos visita por primera vez Marcos Fernández Callejo, desde Robledo de Losada, Robréu para los amigos, donde nos presentará una obra que condensa una gran admiración por la familia y por la tierrina, Cabreira. Quien se acerque a esta obra se trasladará inevitablemente a los duros años de la posguerra en nuestra comarca, situaciones vividas por nuestros abuelos y abuelas, padres y madres y que, aún así, consiguieron salir adelante con mucho tesón. Ojalá Marcos nos inocule el próximo día 11 de octubre ese optimismo que transmite su libro.
– ¿Qué se va a encontrar el lector que se acerque a tu libro “El seranu de Robréu”?
Se va a encontrar tres relatos familiares basados en los recuerdos de la infancia de mis abuelos. Ellos pertenecieron a la generación que nació en los años treinta del pasado siglo y que les tocó crecer durante un período oscuro de nuestra historia.
Fueron capaces de poner luz a sus vidas gracias a un esfuerzo tenaz y a valores como la solidaridad o la cooperación.
– Una de las cuestiones que condensas en este libro son las condiciones de vida que se encontraron tus familiares, como casi todos los cabreireses, en los duros años de posguerra. Sin embargo, lejos de ser un libro duro, está cargado de optimismo a pesar de las vicisitudes. ¿Lo planteaste de esta manera desde el principio? ¿O iba fluyendo en la redacción?
No tuvo ese planteamiento a la hora de escribirlo, ese optimismo es fruto de la admiración que tengo por mis abuelos. Tiene mucho mérito que fueran capaces de superar las condiciones de vida de la Cabrera de los años cuarenta y cincuenta.
Quizás el hecho de saber que al final sus vidas acabaron progresando de manera positiva ha ayudado a ese optimismo. Si un periodista hubiera escrito una crónica de alguno de los viajes que hizo mi abuelo para estraperlar, pongamos que en 1946, seguramente costaría encontrar trazas de esperanza.
– ¿Crees que es importante sacar a colación los duros momentos de posguerra con todas las necesidades que se vivieron en Cabreira?
En realidad en Cabrera no hubo posguerra. Lo que tuvimos fue una continuación de la guerra civil, un combate entre la Guardia Civil y los guerrilleros antifranquistas que se extendió unos diez años más, como mínimo.
Creo que el trauma que eso generó en la sociedad cabreiresa provocó un borrado de esa memoria en mi generación. Supongo que nuestros mayores estarían hartos de soportar tanta violencia, sin ánimo para recordarla y con ganas de vivir con esperanza.
La dureza de aquellos años se añadió a las necesidades endémicas de Cabrera, entender ambas problemáticas no es incompatible y es necesario para comprender a nuestros antepasados y a nosotros mismos.
– Esta historia está basada en tu propia familia…¿cómo te documentaste?
Mis fuentes orales fueron mi abuelo Tomás y mi tía abuela Gloria, también han sido fundamentales los recuerdos de mi madre y mis tíos.
Cuando me decidí a escribir el libro, mi abuela Hortensia tenía apagada su memoria. Tuve que indagar en mis recuerdos y en los de la familia para rescatar las vivencias de su infancia.
Para documentarme sobre el contexto histórico cabreirés fue crucial la obra literaria de Manuel Garrido Silván y la revista que dirigió, El Serano. Otro recurso importante fue la web de Sputnik Labrego, donde hallé información valiosa de la Ciudad de la Selva y la mina de Valborraz. También he utilizado la Biblioteca digital de Castilla y León para buscar información en las publicaciones de la época.
– El libro transita entre dos lugares: Robledo y Nogar, Nogar y Robledo…¿qué te evocan estos dos pueblos? ¿crees que han cambiado tanto desde el punto de vista social?
Si te paseas por ambos pueblos te das cuenta de que son bastante grandes, teniendo en cuenta la medida media de los núcleos del valle de Losada y Ribera. Creo que tienen una situación privilegiada a nivel geográfico, el valle del río Cabrera se ensancha mucho desde Quintanilla hasta Nogar lo que ha permitido cultivar unas extensiones de terreno amplio, fértil y muy accesible. Además, los caminos alrededor del río son fáciles de transitar, lo que ha facilitado un flujo constante de intercambios. Creo que estas características hicieron de Robledo y Nogar un lugar más amable para la vida que otros asentamientos cabreireses. Pero las fuertes emigraciones de la segunda mitad del siglo XX se llevaron por delante el tejido social.
El modo de vida de mis abuelos, vinculado a los ritmos de la agricultura, ha desaparecido. Es imposible que instituciones sociales como el concello, el acuerdo o el serano las podamos vivir hoy como las vivieron ellos.
– Este no es el primer libro que escribes. “Giraldez” estaba basado en tu familia gallega, narras también una especie de saga familiar…¿por qué es tan necesario volver a nuestras raíces?
Yo he nacido y me he criado en Cataluña pero soy hijo de una cabreiresa y un gallego, seguramente eso me ha dado una riqueza multicultural pero también he pagado una factura en el sentimiento de pertenencia.
Medio catalán, medio gallego, medio cabreirés, tengo la necesidad de conocer mis raíces para atajar la crisis de pertenencia.
– ¿Has evocado alguna vez la vida de tus abuelos cuando has vuelto a Robledo?
La evoco cada vez que veo las huellas de las ruedas de los carros esculpidas en las peñas que asaltan los caminos de Robledo o en el lavadero de la fuente de Soña. Exceptuando los revoques modernos de las casas y el alquitrán de las calles, todo lo demás que encuentro en Robledo me transporta a la vida de nuestros antepasados.
– ¿Vas a seguir escribiendo historias ambientadas en Cabrera?
No, a corto o medio plazo. Escribir un libro exige una cantidad incalculable de horas que las tengo que sacar de mi tiempo libre. Ahora mismo, lo que más me apetece hacer cuando no estoy trabajando es estar con mi hija. Cuando se vaya haciendo más grande y se aburra de mí, sí que me gustaría volver a escribir sobre Cabrera.
– Una última curiosidad: ¿por qué decidiste a poner el título en cabreirés?
Me preocupa la situación de las lenguas minorizadas, si el gallego ya tiene un problema importante en su uso, imagínate el cabreirés. Me da mucha pena no dominar el idioma propio de mi madre y mis abuelos, lo lógico es que el Seranu de Robréu se hubiera escrito en cabreirés pero no he aprendido la manera de escribirlo. El título, la recuperación de algunos vocablos y algunos diálogos han sido la única manera que he tenido de dignificar la fala.