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Las claves para evitar el contagio del coronavirus

Crece la alerta en El Bierzo al haber dado positivo un infectado por Covid-19. Sin embargo, las autoridades sanitarias piden calma ya que el virus, a pesar de su gravedad, no es tan virulento como se ha descrito en algunos medios de comunicación.

El caso detectado en León se corresponde con un camionero de 62 años que el pasado mes de febrero viajó en dos ocasiones a la región italiana de Lombardía, uno de los mayores focos del virus en Italia. Al presentar un cuadro sintomatológico de fiebre alta y dolores musculares fue ingresado en la UCI del Hospital de Bierzo, aunque estaba previsto su traslado al Hospital de León donde está habilitado el aislamiento de afectados por coronavirus.

Este hecho ha provocado que se hayan activado los protocolos aprobados para el conjunto del Sistema Nacional de Salud, entre los que se encuentra la vigilancia epidemiológica del entorno cercano y contactos que el paciente haya podido tener recientemente, lo que supone la cuarentena domiciliaria durante 15 días.

¿Cómo evitar el contagio?

A pesar de la alarma social generada, el virus Covid-19 tiene un nivel de contagio medio, inferior al de otros viruses, así como al índice de mortalidad, también bastante inferior (2%), si se compara con el del sarampión (30%). Según ha indicado la Organización Mundial de la Salud el 97% de las personas en contacto con el virus se curan perfectamente.

El Coronavirus se trata de una infección de tipo respiratoria cuya fuente principal de contagio sería el contacto con las secreciones que se generan con la tos o el estornudo de una persona enferma. La distancia aproximada de seguridad para minimizar el riesgo de contagio sería de un metro o metro y medio, aunque el uso de mascarilla estaría recomendado únicamente a las personas enfermas, ya que las gotas o secreciones infectadas son más fáciles de entrar en contacto con nuestro cuerpo cuando ya se han depositado sobre una superficie que cuando están en el aire.

Es por tanto el método más eficaz para evitar el contagio de coronavirus, una buena higiene lavando las manos antes de cualquier comida o cuando se ha estado en contacto con gente en sitios públicos, evitando en todo momento tocarse nariz, boca u ojos si no tenemos las manos limpias. El uso de una mascarilla podría ser incluso contraproducente, ya que si se quita y se pone habiendo tocado algo contaminado y sin haberse lavado previamente las manos, el contagio es casi seguro.

En el caso de sufrir una infección respiratoria, se recomienda evitar el contacto cercano con otras personas y, por otra parte, al toser o estornudar, se debe cubrir la boca y nariz con el codo flexionado o con un pañuelo desechable para así evitar generar nuevos posibles contagios.

Síntomas y cómo actuar

El periodo de incubación es de 14 y durante ese periodo el contagiado no presenta ningún tipo de dolencia, sin embargo en cuanto aparecen los primeros síntomas la infección en una persona de salud normal puede evolucionar hacia un estado de gravedad leve en apenas 48 horas.

Los síntomas son bastantes similares a los de una gripe común. En este caso el cuadro sintomático es de fiebre con tos seca y poca mucosidad, congestión o sensación de falta de aire, y dolores musculares.

En el caso de tener alguno de estos síntomas se aconseja quedarse en casa y no acudir al hospital sino llamar al teléfono habilitado por la Junta, 900 222 000, o al 112 de emergencias. Según el protocolo establecido a nivel nacional, el servicio sanitario de epidemiología acudiría al domicilio del enfermo para tomar muestras de la nariz y determinar si se trata de un caso positivo del virus Covid-19 o no.

Grupos de riesgo

El grupo de mayor factor de riesgo para ser contagiado se situaría en hombres de aproximadamente 45 años, aunque el índice de mortalidad sería apenas del 0,3%, lo que se traduce en un cuadro clínico leve, similar al de la gripe común.

En cualquier caso, el grupo que presenta mas riesgo de sufrir una evolución mala, estaría entre personas mayores de 65 ó 70 años, sobre todo entre los que previamente hayan padecido enfermedades cardiovasculares como infartos, cardiopatías, enfermedades vaculares o diabetes. Sin embargo, no se consideran factores de riesgo para una mala evolución a pacientes de enfermedades neurológicas, respiratorias crónicas u oncológicas.