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El ILC difunde el contenido de los Decreta y del Fuero a través de una publicación

Se trata de las grandes aportaciones jurídicas de nuestra tierra al avance de las libertades

El Instituto Leonés de Cultura ha publicado un libro que recoge, de forma íntegra, el texto de los Decreta o corpus emanado de las primeras Cortes documentadas de la historia, las convocadas por el rey Alfonso IX en 1188, así como todos los preceptos del Fuero de León (1017), una pionera recopilación de leyes que sirvió de base para muchos otros ordenamientos en diferentes territorios peninsulares.

Se trata de una publicación de pequeño formato, popular, pensada para que estos textos, que en esencia constituyen las grandes aportaciones jurídicas de nuestra tierra al avance de las libertades, sean conocidos y apreciados por toda la sociedad. De este modo, ‘Los Decreta de 1188, acompañado del Fuero de León de 1017’ podrán ser adquiridos en la sede del ILC.

Esta publicación cuenta con prólogos introductorios a cargo del escritor Juan Pedro Aparicio (sobre los Decreta) y del historiador Ricardo Chao (sobre el Fuero). En ellos, cada uno de estos especialistas ofrece una contextualización, somera pero precisa, y sobre todo necesaria para conocer el momento histórico en el que aparecen esas disposiciones legislativas.

Juan Pedro Aparicio explica en su prólogo cómo, en el año 1188, la situación del reino de León “era extremadamente vulnerable”. “Algo específico debía de tener el reino para que los mentores de un rey casi niño le aconsejaran abrirse al pueblo, acaso porque lo que en otros reinos sería debilidad, en el de León era fortaleza -escribe Aparicio-. Así, de todo lo que el reino protagonizó, nada puede compararse a estas Cortes de 1188, en las que por primera vez en la historia el pueblo accede a una asamblea de la más alta decisión política. Y nada tan conceptualmente hermoso como los Decreta, en los que también palpita una vaga idea de lo que, con el transcurrir del tiempo, acabaría siendo la Declaración del Hombre y del Ciudadano”.

Y es que los Decreta de 1188 conforman un primer paso en la tradición jurídica occidental hacia la limitación del poder y la protección de derechos, ya que, como recuerda Juan Pedro Aparicio, estos decretos establecían principios clave “como la protección de los derechos individuales: vida, honra, propiedad; la prohibición de arrestos arbitrarios; la limitación del poder del rey mediante consulta con el consejo o la participación de los representantes del reino en decisiones importantes, como impuestos, guerra o tratados”.

El corpus documental emanado de los Decreta (o Decretos) de la curia regia de 1188 fue reconocido en 2013 por la Unesco como el testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo puesto que, como argumentaba la propia organización internacional, “refleja un modelo de gobierno y de administración original en el marco de las instituciones españolas medievales en las que la plebe participa por primera vez, tomando decisiones del más alto nivel, junto con el rey, la iglesia y la nobleza, a través de representantes elegidos de pueblos y ciudades”.

Por su parte, Ricardo Chao comienza su introducción aludiendo al hecho de que el de León “fue un reino de leyes”, y para subrayar la importancia del Fuero asegura que durante siglos “se convirtió en referencia y ejemplo para gran parte de los fueros medievales de toda Hispania”. También hace ver que varios de los decretos de las Cortes o curia regia de 1188 “parecen estar inspirados en el Fuero de León de 1017, como la inviolabilidad de los bienes ajenos o la seguridad de la casa”. “La reorganización legislativa del reino de León que supuso el Fuero tuvo su reflejo en la documentación, ya que a partir del reinado de Alfonso V se multiplicaron los diplomas por escrito, quedando fijados negocios y compraventas de todo tipo. León se sometía al imperio de la ley”, concluye Ricardo Chao.