Agricultura y Ganadería modifica las ayudas a la reposición de ganado ampliando el abanico de animales subvencionables
A partir de ahora también podrán optar a estas ayudas los ganaderos con animales sacrificados por agalaxia contagiosa, maedi visna o cualquier otra enfermedad frente a la cual se establezcan programas sanitarios de lucha y control.
El Boletín Oficial de Castilla y León publica la modificación de las bases reguladoras de las ayudas para la compra de ganado bovino, ovino y caprino para la reposición de reses como consecuencia de su sacrificio en aplicación de los programas sanitarios de enfermedades en los rumiantes. La principal novedad de estas bases es que se amplían las ayudas a la reposición de ganado a aquellos animales sacrificados voluntariamente tras ser diagnosticados con agalaxia contagiosa, maedi visna o cualquier otra enfermedad frente a la cual se establezcan programas sanitarios de lucha y control.
Esta ayuda supone un apoyo económico para reponer animales de las ganaderías afectadas y pretende dar un impulso al sostenimiento de esta actividad en la Comunidad, ayudando al mantenimiento de aquellas explotaciones que han tenido problemas sanitarios.
La normativa autonómica existente hasta ahora era muy completa, ya que recogía la subvención por la reposición de los animales sacrificados en vaciados sanitarios en enfermedades objeto de campaña de saneamiento, como son la brucelosis bovina, ovina y caprina; la tuberculosis bovina; las encefalopatías espongiformes transmisibles y la lengua azul. Y también subvencionaba la reposición de animales diagnosticados de otras enfermedades, entre las que destaca la tuberculosis caprina.
Programas específicos
El Gobierno autonómico ha establecido en los últimos años diversos programas específicos sanitarios para luchar contra enfermedades de los animales que pudieran limitar su comercialización o que pudieran afectar a la competitividad de las explotaciones ganaderas. Es el caso de los programas de lucha contra agalaxia contagiosa y maedi visna, con el objeto de que las explotaciones ganaderas de Castilla y León pudieran calificarse sanitariamente frente a ellas.
La puesta en marcha de estos programas supone una mejora productiva importante y además contribuye a la apertura de mercados desde su inicio, lo que confiere una ventaja inmediata para los ganaderos incluidos en estos programas de control, dado que el estar en ellos se exime a los ganaderos de la obligación de obtener la certificación sanitaria a proveedores que exige la normativa nacional para exportar productos lácteos.
En el caso de agalaxia contagiosa y maedi visna, Castilla y León es pionera a nivel nacional en el establecimiento de los programas sanitarios, y en el entorno europeo solo Francia ha implantado un programa oficial de control de agalaxia contagiosa.
Adicionalmente, dado que los machos ovinos resistentes a la enfermedad de scrapie no son muy abundantes y ello repercute en el precio de compra, se ha optado por incluirlos en la ayuda, de manera que las explotaciones de ovino y caprino que pudieran estar afectadas por esta enfermedad pudieran subvencionar la adquisición de machos genéticamente resistentes a esta enfermedad que colaboren a la mejora sanitaria del rebaño.
Avances en sanidad animal
En Castilla y León los avances favorables en la lucha frente a estas enfermedades han sido posibles gracias al esfuerzo y colaboración del sector ganadero y la administración regional, por ello, el estatus sanitario alcanzado por las explotaciones ganaderas de la Comunidad les permite acceder con ventaja a los mercados de animales vivos y sus productos.
En 2018, este esfuerzo se ha consolidado, así, en el caso de la brucelosis bovina, la UE ha declarado las provincias de Burgos, Soria, Valladolid y Zamora como oficialmente libres.
Respecto a la tuberculosis bovina, el avance sigue siendo paulatino y constante. La prevalencia (número de explotaciones positivas sobre el total de explotaciones saneadas) se cifró en 2017 en el 1,63 %. En sólo cuatro años, la prevalencia se ha reducido en el 43 %. Estos datos suponen una consolidación del estatus sanitario regional, lo cual distancia a los ganaderos de bovino castellanos y leoneses de otras comunidades competidoras.