Abel Aparicio en la IX Feria del Llibru de Cabreira
Este autor leonés presenta su poemario «Cartero rural» trasladando al papel sus propias vivencias y las de su entorno
Abel Aparicio regresa de nuevo a la IX Feria del Llibru de Cabreira. Esta vez, presentará su poemario, «Cartero rural», compuesto por sus propias vivencias. Y es que este «cartero rural leonés» tiene muchas historias que contar, ya sea a través de la poesía o los relatos. En este caso podría decirse que es una poesía personal pero muy accesible que utiliza un lenguaje directo.
– “Cartero rural”, la obra que vas a presentar en la Feria, es el tercer poemario que publicas. El germen principal, como has referido, te vino al visualizar una pintada en una calle. ¿Cómo lo pusiste en práctica?
La pintada a la que te refieres, situada en la calle Padre Blanco de Astorga, reza “¿eres feliz con la vida que estás viviendo?” Al verla, no le di mucha importancia, pero a medida que esa tarde iba repartiendo por la Cepeda, me volvía de forma recurrente. Cerca del pantano de Villameca dije, sí, soy feliz con la vida que estoy viviendo, y laboralmente, pasados los cuarenta, por primera vez en mi vida, me gusta mi trabajo. Esto parece algo fácil, pero mirando a mi alrededor, no es lo habitual, y a mi sí, me gusta ser cartero y repartir por los pueblos.
– El lector que se acerque a esta obra, ¿qué tipo de poesía se va a encontrar?
Una poesía sencilla, directa y descriptiva. Cada poema del libro está ambientado en un momento y en un lugar concreto. Todo lo que plasmo en los poemas es real, tanto lo bueno como lo malo. Decidí que la mejor manera de plasmar estos instantes era la poesía, para mí, la forma más íntima de escribir.
– ¿Qué tipo de inspiración crees que te influye como poeta a la hora de componer tus poesías?
Lo que me influye es lo que siento y veo. No sé escribir por encargo sobre temas que no me atraviesan. Me pasó con “¿Dónde está nuestro pan?” y me pasa con “Cartero rural”, por hablarte de los últimos libros. En la novela, y más en la poesía, creo que, si no vives algo de forma íntima y personal, el lector detectará rápidamente a un impostor.
– Como poeta y creador de una obra, ¿crees que la inspiración se puede “entrenar” de alguna manera?
A leer esta pregunta me vienen a la cabeza Miguel Hernández y Víctor Jara o María Sánchez y Ana de Miguel, personas que son lo que escriben. Creo que sobre lo que escribes, o corre por tus venas, o eres un farsante. Quizá no todas las personas que escriban lo vean así, pero esa es mi opinión, al menos, en la poesía y la novela. El ensayo es otro tema.
– Has escrito libros de relatos y poemarios como “Cartero Rural”, ¿con qué género te sientes más identificado? O con cuál crees tú que eres más libre para crear.
Creo que cada idea y cada momento te dictan cuál es el género literario en le que tienes que escribirlo. Los tres relatos de “¿Dónde está nuestro pan?” no los veía en formato de poema de ninguna de las maneras, como tampoco veo “Cartero rural” en formato novela. En cuál me siento más identificado, pues depende de lo que quiera transmitir.
– “Cartero rural” cuenta vivencias de tu profesión, en el día a día. ¿Nos podrías contar alguna anécdota real recogida en el libro? Hace años, el cartero era un transmisor fundamental de las noticias para los habitantes de los pueblos… ¿crees que ese espíritu se sigue manteniendo hoy en día de alguna manera?
Un antiguo compañero de trabajo, ya jubilado, Juan, me dijo: cuando alguien ve a un cartero ve a alguien amable, cercano, por lo general nos miran con buenos ojos. Le di la razón, es lo que veo. Un cartero, como indicas en la pregunta, también hace una labor social. Parece que se nos olvida, pero en pandemia el servicio de Correos fue declarado como esencial. No solo entregas una carta o un paquete, en pueblos pequeños, donde apenas llega nada, allí está Correos, y esto, aunque parezca muy corporativo, es así. Somos un servicio público, y como dije en una ocasión, ninguna empresa privada lo mimará más.
– ¿Cómo ves, personalmente, el desarrollo de las comunidades rurales hoy en día, en tu entorno? ¿Hay una dicotomía tan grande como parece entre el entorno rural y el urbano?
Sí, parecen dos realidades, no tienes más que fijarte en las niñas y niños, de como viven en un pueblo a como lo hacen en una ciudad, y no hace falta que esta sea muy grande. La libertad que tienen, la relación con sus vecinos, el conocimiento del medio, cambia completamente. Yo vivo en una ciudad de diez mil habitantes, lo que en muchas zonas se denominaría como pueblo. Vivo rodeado de lo que se llama la España vaciada o vacilada. Cuánto más concentrada tengas a la población, más fácil es dirigirla, y eso, el capital, lo tiene muy claro. No hay más que ver las principales arterias de cualquier ciudad a la entrada o a la salida del trabajo para darse cuenta de esto. Parece un rebaño camino de la majada.
– Algunos profesionales del mundo del libro consideran que el género de la poesía es de difícil acceso para “el gran público” que es reticente a veces a acercarse. ¿Cómo podemos hacerles ver que no es así?
En la última localidad en la que presenté el libro, Nistal de la Vega, me dijeron, “esta poesía sí me gusta”, y no porque yo sea un buen poeta, que no lo soy, si no porque uso un lenguaje y unas formas sencillas y directas. Hay mucho y mucha poeta al que le gusta demostrar cuan leída es buscando en el diccionario de sinónimos y antónimos la palabra más recóndita. Si eres inteligente y culto tienen que decirlo los demás, no tú, que como mucho puedes parecer un pedante.
– Por último, es la segunda vez que visitas la Feria del Llibru en Cabreira. ¿Qué te inspira nuestra comarca?
Para lo bueno y para lo malo, Cabreira es especial. Desde el viaje que hice con la bicicleta siguiendo los pasos de Ramón Carnicer hasta las rutas de senderismo y de bicicleta de carretera que hago con cierta asiduidad. No todo es maravilloso, claro, tenéis un difícil problema con la pizarra, porque cuando todo quede arrasado, a ver qué hacen los que vengan por detrás, pero sí, Cabreira es especial, su variante dentro del asturleonés, sus Campaneiros, su música. Es un lugar que merece la pena conocer.