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Lucy Cañal, una enfermera cabreiresa ante el Covid

Natural de Trabazos y prejubilada desde hace año y medio, no ha dudado en volver al Hospital de la Esperanza de Barcelona para ayudar a sus antiguos compañeros en la lucha contra la pandemia

En una amplia entrevista recogida en Enfermería Tv, una televisión dedicada a la información en el campo de la enfermería, la trabazuda Lucy cañal explica cómo después de cuatro décadas dedicada a esta profesión toma la valiente decisión de ponerse el uniforme de enfermera de quirófano y volver al Hospital.

Lucy cuenta, que apenas un par de semanas después de haberse decretado el Estado de alarma, recibió una llamada de su antiguo centro de trabajo proponiéndole su reincorporación para colaborar en la situación de colapso hospitalario que estaban sufriendo. Ella no lo dudo ni un instante: “yo soy enfermera de vocación, me necesitaban y vi que podía hacer algo por los pacientes. Sé de la competencia de mis compañeros, pero pensé en lo estresados y agobiados que debían ir y ellos sabían que yo iba a estar allí”.

Apoyo generacional

Al incorporarse de nuevo a su puesto, la veterana enfermera temió haber perdido técnica después de año y medio de inactividad laboral, aunque comenta que esperaba encontrase con “mucha gente joven trabajando conmigo, a la que yo podría ayudar bastante con mi experiencia” y de forma recíproca “todos entendían que yo llevaba tiempo alejada del hospital y me echaban una mano con mucha paciencia”.

Recuerda en este sentido a un grupo de estudiantes del último curso de enfermería, a los que recuerda con especial cariño: “les faltaba experiencia, pero tenían muchas ganas y no les veías ni gota de miedo”.

Está muy agradecida por el trato que le dieron, ya que debido a la veteranía de Lucy le consultaban todo aquello que ella dominaba pero también evitaban que ella se expusiera al virus. “Eran conscientes de que tenía la edad de sus madres y que corría más riesgo que ellas” comenta.

Aprender de la vivencia

Esta pandemia ha hecho que la sociedad haya tenido que enfrentarse a una nueva situación nunca vivida, y como ella explica, “no estábamos preparados para esto y tuvimos que ir haciendo según íbamos viendo. Cuando yo me incorporé había de todo, pero vi a mucha gente estresada por este tema. Debemos tener más previsión, no puede ser que le falte material a una enfermera, a una persona que se arriesga”. En este sentido, reivindica que se debe aprender de lo ocurrido, estar preparados  y evitar que sucedan cosas como la falta de acceso a material de protección.

Otro de los puntos que quiere recalcar Lucy es el de la necesidad de que el paciente pueda tener conexión con el exterior. Indica que, a pesar de que se dé por hecho que el acceso a las nuevas tecnología esté normalizado, eso no es ocurre así en la realidad, ya que no todo el mundo dispone de los dispositivos y capacidad para hacer videollamadas. “Luego lo teníamos muy bien solucionado y pasaba una persona con una Tablet, pero al principio tuve que echar mano de mi teléfono”, señala, y añade que de esta forma los pacientes estaban “más tranquilos” al poder contactar con su familiares, ya que “no todo el mundo funciona igual, no todos entienden porqué están allí y no les puede visitar su familia”.

La vuelta al hospital

El tener que volver al hospital supuso para la enfermera tener que pensar cómo afectaría a su hogar y familiares, aunque en este caso Lucy se animó a la reincorporación porque en ese momento no estaba conviviendo con su madre nonagenaria: “a mi me preocupaba poner en riesgo a alguno de los míos, cosa que no quería de ninguna manera”.

Otro de los factores a tener en cuenta era el de la dureza del trabajo, que a pesar de ser inherente a su profesión, el tener que volver a acostumbrarse al ritmo de turnos de enfermería también supuso un esfuerzo añadido. “He de confesar que a nivel físico se me hizo muy duro eso de trabajar noche sí y noche no. Yo ya había recuperado el hábito del sueño y las doce horas seguidas, se me hacían larguísimas” comenta.

Sin embargo, el humor nunca ha abandonado a esta valiente cabreiresa quien no se arrepiente de esta experiencia y así lo relata: “yo ya me veía cuidando tomates y gallinas, y mira por dónde, he vuelto a ser enfermera”. 

 

Fuente: enfermeriatv.es