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La falta de vivienda en alquiler frena el asentamiento de nuevos pobladores en el medio rural

Nueve familias han llegado al Bierzo a través del programa ‘Volver al pueblo’ de Coceder desde enero del año pasado y, en todos los casos, la baja oferta de vivienda amarga las expectativas y es el principal problema.

Nueve familias se han asentado en el medio rural berciano desde enero del año pasado gracias al proyecto ‘Volver al pueblo’ promovido por la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder) y pilotado en la comarca por el CDR que gestiona la Asociación Azheimer Bierzo. Son 19 nuevos pobladores, entre adultos y niños, que vienen en busca de empleo, con algún proyecto de emprendimiento o persiguiendo un cambio de vida. Y todos se enfrentan al mismo problema, el de la falta generalizada de alquiler en los pueblos.

«Es importante recalcar el problema de la vivienda. No hay. Es fundamental que la gente se sensibilice, que ceda, que alquile, que preparen sus viviendas para que los pueblos puedan seguir vivos. No podemos pensar que va a venir alguien de fuera a darles vida. Nosotros, desde dentro, tenemos que estar involucrados y sin viviendas no puede haber pobladores», afirmó la directora de AFA Bierzo, Ana Pilar Rodríguez, que también hizo hincapié en que Coceder «avala que las personas que entran en alquiler van a pagarlo». «Tenemos condiciones especiales para asegurarle a los arrendatarios que, aunque falle el arrendador, le llegue el dinero. Es como un seguro de alquiler», dijo.

Silvia, Arthur y su hija Isis han sido los últimos en llegar al Bierzo. Vivían en un pueblo de la sierra madrileña y buscaban un destino en el que poder adquirir una casa a un «precio aceptable». «En Madrid es imposible», asegura ella, que trabajaba en una residencia de ancianos. Llegaron primero al pueblo de Médulas (Carucedo) atraídos por una oferta de empleo que Silvia recibió en su correo electrónico a partir de una de las newsletter que el equipo del CDR de AFA Bierzo envía quincenalmente con propuestas laborales.

Después, decidieron trasladarse a Puente de Domingo Flórez por estar más cerca de determinados servicios, como la guardería, el supermercado o el centro de salud. Gracias al convenio que la asociación mantiene con la empresa Cupa, a Arthur se le abre la puerta para trabajar en el sector de la pizarra. El CDR tiene activos, en total, 35 convenios con empresas y administraciones del Bierzo.

«A parte de un cambio en sí, buscábamos la posibilidad de poder comprar una casa en algún momento, porque allí es inaccesible totalmente. Queremos echar raíces en un sitio donde podamos tener nuestra propia vivienda, asequible económicamente; nuestra vida con nuestra hija y que ella pueda crecer con una estabilidad», explica esta joven de 31 años que dejó trabajo y familia para trasladarse a un Bierzo que desconocía por completo. El respaldo de AFA Bierzo le sirvió de palanca de cambio: «Nos ayudó a conocer lo desconocido, porque cuando llegas a un sitio nuevo estás perdido y ellos nos han facilitado mucho las cosas. No es lo mismo irte moviendo y buscando sin saber a que ellos directamente te den el contacto».

«Buscábamos la posibilidad de poder comprar una casa en algún momento, porque en Madrid es inaccesible totalmente. Queremos echar raíces en un sitio donde podamos tener nuestra propia vivienda y que nuestra hija pueda crecer con una estabilidad»Silvia Izquierdo. Nueva pobladora del Bierzo

«A todas las familias que llegan a través del programa ‘Volver al pueblo’ se les da seguimiento y apoyo para conseguir que se asienten en el medio rural y, lo más importante, que se queden», explica la técnica de proyectos del Centro de Desarrollo Rural de AFA Bierzo, Laura Muñoz. Ella también insiste en «la baja oferta de alquiler». «Seguimos reivindicando y trabajando en la concienciación de la población para conseguir que estos nuevos pobladores puedan asentarse», afirma. Laura Muñoz fue la primera en establecer contacto con la familia madrileña que ha llegado a Puente. La comunicación se inició a finales de febrero y, tras una visita relámpago para conocer la zona, se instalaron poco más de dos semanas después.

«Sin este apoyo yo no me hubiera atrevido a dar el paso tan rápido», afirma Silvia en alusión al respaldo de AFA Bierzo. Y como ella, las otras ocho familias que llegaron a la comarca de la misma forma y están residiendo en Silván (Benuza), Peranzanes, Toral de los Vados, Cacabelos y Vega de Espinareda. Solo en esta última localidad se han asentado tres unidades familiares procedentes de Tenerife, Valladolid y Huelva. Una de ellas es la formada por los cubanos Yanelis, Frankis y sus dos hijos Axel y Angie. Cuando llegaron —fueron unos los primeros en hacerlo a través del programa de Coceder— tuvieron que residir en una casa facilitada por la asociación. Ahora, ya han adquirido la suya propia.

De Cabezo de Torres (Murcia) procedía una familia de seis miembros que lleva meses residiendo en Silván. Su llegada permitió mantener abierta la escuela de Benuza. «Es una familia de Argelia, refugiados, con cuatro niños. Hablamos con el alcalde y nos contó la necesidad de mantener la escuela. Él mismo se involucró dándoles también una casa en Silván y Cupa empleó al padre. Ella también ha empezado a trabajar en la limpieza del colegio y ahora están avanzando y quieren cambiar de domicilio para estar más cerca de los servicios», explicó la directora de AFA Bierzo.

«El perfil de la gente que viene es de asentamiento, es decir, que se quieren quedar aquí», afirmó también Ana Pilar Rodríguez para, seguidamente, contar el caso de un mexicano y una madrileña que residen en Cacabelos. Él es ingeniero agrónomo y ella, graduada en Finanzas y Contabilidad, teletrabaja para una empresa automovilística. Buscaban un entorno rural en el que desarrollar un proyecto de agricultura ecológica y lo están haciendo en Carracedelo.

«Nos encontramos con todo tipo de casos. Desde personas que buscan empleo, hasta las que están próximas a las edad de jubilación, pueden teletrabajar y quieren vivir en un pueblo o las que llegan con ideas de emprendimiento. Sin ir más lejos, hace unos días, nos contactó un podólogo que se está planteando montar una clínica en el medio rural. Desde el CDR le hablamos del Camino de Santiago y está estudiando de qué manera hacerlo», explicó Laura Muñoz.

De momento, la acción de repoblación rural del CDR se están centrando más en el Bierzo central y la zona que linda con La Cabrera porque es donde más posibilidades de empleos ahí, sobre todo ligados a la pizarra, la agricultura y el sector servicios. Pero el objetivo de AFA Bierzo es ampliar ese mapa de recursos hacia otras zonas de la comarca, como el Alto Sil. En ese proceso, la falta de vivienda en alquiler vuelve a descubrirse como un ‘handicap’.

«Estamos haciendo algo que es muy beneficioso para los pueblos. Los ayuntamientos tienen que poner de su parte y vemos que la mayoría lo hacen, como es el caso de Vega de Espinareda y Benuza; pero hacen lo que pueden y con el problema de la falta de vivienda, no pueden hacer nada», insistió Ana Pilar Rodríguez.

Una de las familias que llegó al Bierzo en 2023 lo hizo desde Oviedo para explotar el albergue de Peranzanes. Y ahí, en el corazón del valle del Fornela ya se ha hecho una jornada de convivencia con los nuevos pobladores del medio rural de la comarca que se repetirá próximamente. El objetivo es que conozcan y compartan experiencia y vivencias, explican desde el CDR de AFA Bierzo.

«Cuando alguien contacta con nosotros, enseguida le mandamos el vídeo de este año de El Bierzo para Fitur. Tiene mucho alcance. Nuestro objetivo este año es alcanzar, al menos, ese número de ocho nuevas familias», apuntó la técnica del CDR.

La Asociación de Desarrollo Rural (A.D.R.) Bierzo-Cabrera, también ha impulsado una iniciativa semejante, «Moradas», con un banco de viviendas para venta y alquiler.

La Asociación por el Desarrollo Rural de Bierzo – Cabrera, dentro de su plan estratégico para el desarrollo rural sostenible, pretende fomentar las relaciones de necesidad/oportunidad entre nuestros pueblos y nuevos pobladores a través de un banco de viviendas y redes de colaboración. Se pretende así, garantizar que vean en nuestro medio rural el incentivo para emprender sus proyectos, acogidos y apoyados en nuestros pueblos, fomentando el desarrollo de la economía local.

Moradas