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Gran rechazo al nuevo proyecto de energía hidroeléctrica en Losadilla

Ya son varias las asociaciones e individuos que están presentando alegaciones al proyecto

Las asociaciones Cabrera Despierta, Cabrera Natural, Ríos con Vida y ARBA, entre otras, están presentando alegaciones al proyecto de central hidroeléctrica en Losadilla, además de las múltiples alegaciones individuales llevadas a cabo por los ciudadanos de Cabrera.

La nueva amenaza que se cierne sobre el río Cabrera, en la zona alta del valle, afectaría principalmente a la población de Losadilla. Tal como recoge el proyecto, se pretende represar el río Cabrera y su afluente el arroyo Pedro para extraer la mayor parte de su agua por unas tuberías a lo largo de 1.4 kms, hasta llevarla a una turbina para la producción de electricidad. Los caudales “ecológicos” que se quiere dejar en el río en ese tramo son exiguos. El turbinado se haría vaciando ambos embalses que se originan tras las presas en ambos ríos, por lo que el caudal aguas abajo de la turbina sería totalmente intermitente e irregular, es decir, escasísimo mientras se llenan los dos embalses, y elevadísimo al vaciarlos para la generación de electricidad. Esta desnaturalización de los caudales, ya desde esta zona de cabecera, se dejaría notar en toda la longitud del río Cabrera, y tendría un efecto devastador en su biología, incapaz de adaptarse a cambios de caudal diarios tan bruscos.

Desde las asociaciones Cabrera Despierta y Cabrera Natural, consideran que, de llevarse a cabo este proyecto, degradaría el río para siempre para producir una pequeña cantidad de electricidad en un mercado eléctrico sobredimensionado como es el español, eso sí, para el enriquecimiento de una sola persona, el promotor.

Para estas asociaciones, el río Cabrera está en el punto de mira de grandes empresas energéticas; concretamente, desde la aparición en 2020 de los fondos Europeos Next Generation, destinados a cubrir el 100% de los gastos de los proyectos de energía renovable aprobados por la Administración.

Denuncian asimismo que la industria de la energía renovable quiere convertir todo un valle salvaje de más de 60 kilóemtros de longitud en un inmenso polígono industrial, y todo en nombre de la transición energética verde y de la lucha contra el cambio climático. La realidad es que la preservación de los ecosistemas funcionales fluviales y boscosos presentes en Cabrera son el mejor aliado para la adaptación al imparable cambio climático que ya estamos viviendo.

Tanto Cabrera Natural como Cabrera Despierta, solicitan a la Administración que se rechace este proyecto, velando por el bien común, y que se priorice la protección del río Cabrera y su valle.